Un casete de 90 minutos, grabado solo con la canción de Please don’t go, de la agrupación estadounidense New Kids on the Block, escuchaba todas las noches Fabiola Ampuero.
Ahora, a sus 30 años, esta guayaquileña suspira al recordar que cuando iba a su colegio, Mercedarias, llevaba su mochila llena de escarapelas con las fotos de los hermanos Jordan y Jonathan Knight, Joey McIntyre, Dannt Wood, Donnie Wahlberg. Era a inicios de los noventa.Sonríe al recordar que con sus amigas imitaban la forma de vestir de esta banda: usaban cintillos, gorras y camisetas flojas. Ampuero hace una pausa en el diálogo y empieza a tararear la canción Stay with me baby.
En su colegio, junto con 18 compañeras, hicieron una coreografía de ese tema. Fue un baile que encantó a las estudiantes del plantel y les pidieron que se presentaran una segunda ocasión.
Para esta guayaquileña, que vive en Cuenca desde hace seis años, cada tema de la banda le recuerda la época en que los adolescentes la molestaban.
Y que ella y sus amigas encontraban a su amigo Rafael Moncayo parecido a uno de los integrantes, a Donnie.
Ampuero tiene más recuerdos de la época en la que fue seguidora de los New Kids on the Block. El primero, que llevaba un diario en el que escribía sobre su vida y la de los artistas. Anotaba todas las presentaciones que tenían y recortaba sus fotos.
El otro es que su madre le regaló un juego de sábanas de color fucsia, verde y azul con la foto de los cinco integrantes.
Ella todavía sigue siendo seguidora de esta agrupación y es parte del club de fans desde el 2002. A su correo electrónico le llegan noticias de los New Kids on the Block. Una de las que más le emocionó fue el reencuentro del grupo hace dos años.
Otra de las seguidoras es la cuencana Eliana Navarrete. Ella tiene en el monitor de computadora la foto de esta banda. Mientras escucha uno de sus temas preferidos, I need you, que tiene almacenado en el computador, muestra con alegría sus fotos, llaveros, casetes, escarapelas, cancioneros… Esos recuerdos los guarda en un baúl.
Navarrete toma la foto de uno de los integrantes, Jordan. Él era su preferido, por ello en las horas de clases de la materia de Sociales solía hacerle acrósticos.
Con sus amigas hacían competencia de quién escribía y coloreaba el mejor acróstico para los artistas. Lo hacían en las hojas de cuadros de los cuadernos.
Ella recuerda hasta la fecha el cumpleaños de Jordan, el 17 de mayo. Esta cuencana compraba las fotografías en el local de música El Surtido, en unos 100 sucres (USD 0,12 al tipo de cambio de 1993) y los llaveros los adquiría en el Palacio de la Música, en 200 sucres (USD 0,24).
En los exteriores de su colegio, el Herlinda Toral, compraba los pósteres de este grupo. Con la música de esta agrupación estadounidense, Navarrete recuerda una época de inocencia, cuando tenía 13 años.
Y también representa una fase de su vida que añora con nostalgia ahora a sus 34 años.
Otro de los locales que también vendía artículos es el Círculo Musical. Su propietario, John Jara, señala que las escarapelas y llaveros eran lo más demandado. Actualmente, un CD de la agrupación cuesta cerca de USD 20 y no tiene muchos clientes que piden esa música. Hace las importaciones solo bajo pedido.
Mientras que el locutor cuencano Fernando Pesántez, que conduce el programa ‘Long Play’ en radio Súper 9 49, dice que los New Kids on the Block sin duda causaron furor en los jóvenes que vivieron desde 1984 hasta 1994, años en que la banda vendió unos 80 millones de discos.
Este locutor asegura que por lo menos tres veces a la semana tiene peticiones de temas de esta agrupación y también mensajes en el correo electrónico.
Ampuero y Navarrete reconocen que sus corazones todavía suspiran cuando escuchan esa música o miran a los integrantes de los New Kids on the Block.