El nacer sexual en un filme francés

Una película de adolescentes que no cae en el estereotipo es la ópera prima de la directora francesa Céline Sciamma, ‘Nacimiento de los pulpos’. La cinta llega al país mediante la programación de la séptima edición del festival Eurocine, que Ocho y Medio desarrolla en Quito, Guayaquil y Manta.

Ante la cámara de Sciamma, la adolescencia adquiere ese tono dubitativo y conflictivo que la caracteriza. La selección de los encuadres, el ritmo de la edición, la construcción del discurso fílmico empatan con la historia. El hilo narrativo lo va construyendo el despertar sexual de sus protagonistas: Marie y Florianne.

Ambas se baten entre la curiosidad infantil, sorteada a manera de juego, y la aceptación consciente de su cuerpo y su sexualidad. Así, amistad y deseo confluyen hacia un mismo destino.

El primer espacio en el que surge la relación es una piscina. Allí Florianne es la capitana de un equipo de nado sincronizado y Marie una espectadora. La primera tiene su cuerpo desarrollado y es objeto de atracción de los chicos de su liceo y también de Marie.

El agua cobra un valor simbólico. Dentro del filme el líquido es el fluido que se comparte en la ingenuidad de un juego, en la agresión de un escupitajo, en la reunión dentro de la piscina o en la exploración de un beso.

Alrededor de esta historia de reconocimiento y crecimiento, donde curiosamente los padres no se integran, se van suscitando otras emociones que motivan los conflictos. Aparecen la felicidad y el dolor, la mentira, la decepción y el consiguiente desengaño.

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