En la última foto de John Lennon solo se ve a su asesino a su lado. El hombre esboza una sonrisa y mira a su ídolo con sus grandes anteojos mientras le firma un disco.
Un par de horas después los dos hombres volverán a verse: Mark Chapman sacará su revólver y le disparará cinco veces por la espalda. “¿Sabes lo que has hecho?”, le gritó un portero que se encontraba cerca. El asesino contestó: “Acabo de matar a John Lennon”.
Lennon había cumplido 40 años hacía poco y era una figura de culto para toda una generación. Primero fue su música lo que fascinó a las personas. Luego fueron sus posturas políticas las que encantaron a millones de personas, incluido Chapman.
El joven texano estaba fascinado con Lennon. Incluso se casó con una japonesa porque John Lennon lo había hecho con Yoko Ono. Pero, en algún momento, la admiración mutó en ira.
Lennon vivía en Estados Unidos por esa época. Nueva York se convirtió en su hogar y desde su caro apartamento en el barrio de West Side tenía una vista privilegiada de su querido Central Park.
Sin embargo, el exitoso ex Beatle había estado bajo fuerte presión: de la industria discográfica, de las autoridades inmigratorias y sobre todo de sí mismo.
Después del alcohol y las drogas vino la separación de Ono, luego la reconciliación y en 1975 su hijo Sean. Lennon se dedicó casi al 100% a su hijo y al hogar.
Chapman firmó su permiso de vacaciones como John Lennon y voló a Nueva York. Construyó un altar en su cuarto de hotel y reemplazó en su ejemplar del Evangelio de San Juan la palabra John (Juan) por Lennon.
Chapman esperó a Lennon delante del edificio, donde vivía el músico, con un ejemplar de ‘El cazador oculto’, cuyo personaje principal, el adolescente rebelde Caulfield, era su héroe.
Lennon le firmó un disco delante de su vivienda y le preguntó amablemente: “¿Puedo hacer algo más por ti?”. Sorprendido por la amabilidad de Lennon, dejó su calibre 38 escondida.
El inglés bajó de su limusina y pasó delante del joven de 25 años. “Mr. Lennon”, lo llamó, y le descerrajó cinco tiros. Lennon aún vivía cuando llegó al hospital, pero murió 19 minutos después.
El asesinato de Lennon causó conmoción mundial. Sus fans se reunieron para cantar sus temas.
Aún después de su muerte, los discos de Lennon se siguen vendiendo, es una estrella. Él mismo sabía que las estrellas no mueren en la cama. “O nos morimos en un accidente de avión, o nos mata algún loco”, había dicho en 1965.