A 30 años de su muerte, el legendario luchador profesional y actor mexicano Rodolfo Guzmán Huerta, más conocido como El Santo, sigue muy presente en el imaginario de los mexicanos y como exitosa marca comercial.
“Lo más impresionante es que sigue vivo y es muy querido”, dijo su hijo Jorge Guzmán, también luchador y conocido por el nombre artístico de El Hijo del Santo, aunque lamentó que el personaje de su padre sea más recordado a veces fuera de su país que en su patria. Hoy, la máscara plateada de El Santo es uno de los íconos de la cultura popular en México y en el extranjero, junto con el sombrero de mariachi, el tequila y la Virgen de Guadalupe, de la que El Santo era un fiel devoto.
Guzmán Huerta nació en la ciudad de Tulancingo, el 23 de septiembre de 1917 y murió de un infarto de miocardio el 5 de febrero de 1984, a los 66 años, con la máscara puesta.
El nombre de El Santo apareció a partir de 1942, casi una década después de haber debutado como luchador profesional. Con máscara plateada y en el bando de los técnicos (los buenos), El Santo empezó a ser popular gracias a las historietas del artista y editor José Guadalupe Cruz; luego el cine lo inmortalizó.
Como parte del 30º aniversario luctuoso, se editará un nuevo libro con la colección completa de las historietas de Cruz, de 1952 a 1972. “Es muy importante que la gente, sobre todo los jóvenes, conozcan ese material”, declaró su hijo.
El Santo fue el personaje más importante del llamado cine de luchadores, con un gran número de cintas en las que combate con todo tipo de enemigos, como los vampiros, las momias o los zombis.
El Santo es actualmente más que nada una marca. Su imagen y su nombre aparecen en más de 200 artículos de todo tipo. Desde hace seis años, en el popular barrio de Tepito, de la capital mexicana, una escultura de bronce muestra a El Santo como en sus mejores años: con los brazos abiertos como para brincar al ‘ring’. En el documental ‘El hombre detrás de la máscara’ (2013), se recuerda al luchador a través de películas caseras y del archivo fotográfico personal, además de que se muestra una escena donde, por primera y única vez, el luchador deja ver su rostro por unos segundos durante un noticiero.
Un homenaje se hará mañana en la Basílica de Guadalupe.