Una sobredosis mató al actor australiano Heath Ledger cuando estaba en pleno rodaje de ‘Dr. Parnassus’, en enero del 2008.Por eso, este sugestivo filme, que se estrena hoy en Ecuador, pasó a ser un homenaje póstumo a Ledger y no lo que en principio era: el esperado reencuentro del delirante director Terry Gilliam con sus fanáticos.
Gilliam y Tim Burton son considerados los directores más imaginativos de hoy. Pero Burton es parecido a un banquero: hace negocios sobre seguro, como su ‘Alicia en el país de las maravillas’ marca Disney. En cambio, Gilliam es un suicida, siempre se pone la soga al cuello con relatos que no garantizan pagar las cuentas.
La muerte de Ledger impedirá saber si ‘Dr. Parnassus’ fue un éxito de taquilla (recaudó USD 58 millones y costó USD 30) por sus méritos artísticos.
Toda la atención se la lleva Ledger, a pesar de que el papel estelar lo tiene Christopher Plummer, quien interpreta con teatralidad a Parnassus, un inmortal mentalista que se pasa la vida pactando con el Diablo mientras recorre Londres con un espectáculo de poca monta.
Todos miran a Ledger, a pesar de que el actor Tom Waits se transforma en un divertido Diablo de bombín, que sabe cómo picar al ingenuo de Parnassus.
Ledger es el imán, pues la idea es averiguar cómo se terminó la película sin usar trucos digitales que reemplazaran al fallecido, sobre todo en las escenas finales.
Ledger interpretaba a Tony, personaje que -tras intentar quitarse la vida- terminaba unido al circo de Parnassus, cuyo elemento central era un espejo mágico. Atravesarlo llevaba al usuario a mundos extraños.
Gilliam alteró el guión original para que el personaje de Ledger atravesara tres veces el espejo. Así, en mundos distintos, los actores Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell se turnaron y ‘dieron actuando’ a Ledger, cuyo personaje terminó con rostros prestados. Interesante.
Como todo filme de Gilliam, es difícil predecir si el estilo del relato (divertido, con partes emocionantes pero al mismo tiempo alocados y poco creíbles) gustará a todo tipo de público. Algo sí es seguro: Ledger arrancará suspiros y gestos de respeto de la mayoría. Q.E.P.D.