Hacer un cortometraje puede llegar a ser igual o más complicado que hacer una película completa, decía el director ecuatoriano Pablo Arturo Suárez. Se refería a que el proceso de producción cumple con las mismas etapas y es tan riguroso como el de una cinta de más de 30 minutos. Además, uno de los mayores retos en el desarrollo de un cortometraje es la capacidad del guionista y del director para contar una historia en poco tiempo y, en algunos casos, con pocos recursos. Y si se ubica al cortometraje en el terreno de la animación, los desafíos se multiplican.
La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos empezó a reconocer la calidad y el valor del cortometraje animado a partir de su quinta edición. En 1932, ‘Flowers and trees’, un filme de siete minutos y medio producido por los estudios Walt Disney, fue el primer corto en ganar un Oscar. Animaciones con poco detalle y volumen pero con personajes bien definidos y una historia básica pero bien estructurada merecieron ese año un alto reconocimiento por parte del jurado.
Desde entonces, el registro de nominaciones y premios de los estudios Disney ha sido insuperable. Con un total de 39 nominaciones y 12 estatuillas, los estudios de Mickey Mouse se ubican primero entre los más galardonados. Pero la época dorada parecía haberse extinguido cuando Disney desapareció de la lista de ganadores desde 1969, y no fue sino hasta el año pasado cuando la historia de ‘Paperman’ le volvió a dar protagonismo y un premio a esta firma.
Si bien el cortometraje no siempre tiene un objetivo comercial, es un formato que en la mayoría de los casos está pensado para su circulación en festivales y se constituye en la carta de presentación de los directores en sus primeros pasos.
Consagrados realizadores como James Cameron, Werner Herzog, Orson Welles, Stanley Kubrick o Martin Scorsese estrenaron varios cortos antes de ser abrigados por el éxito de sus mejores películas. Y aunque ninguno de los Oscar de estos directores fue por uno de sus cortometrajes, en estas obras de corta duración ya se empiezan a distinguir algunos rasgos de su identidad creativa.
Con siete y cuatro estatuillas, respectivamente, dos de los principales competidores de Disney han sido Frederick Quimby, asociado a la Metro-Goldwyn-Mayer y Edward Selzer, de la Warner Bros. ‘Yankee Doodle Mouse’, ‘Tweetie Pie’ o ‘Speedy Gonzales’ y los personajes que protagonizaron seriados televisivos por varios años son ahora parte de los clásicos del cine animado, en la categoría del cortometraje.
El próximo 2 de marzo, uno de los cinco cortometrajes animados en este año se llevará una estatuilla dorada. Walt Disney quiere consolidar su regreso con un cortometraje que combina un diseño clásico trabajado sobre la base de las nuevas tecnologías de la animación. Las otras cuatro obras nominadas corresponden al trabajo de productores y directores que apuestan por la variedad y la sensibilidad de sus mundos imaginarios.