Freddy Krueger, el asesino con el rostro desfigurado y el guante de cuchillas, regresa, después de 26 años de su primera aparición en cine, para perturbar el sueño de adolescentes de todo el mundo.
Esta versión muestra otro pasado de Freddy: ya no es el infanticida, si no que insinúa su pederastia, delito por el cual recibe el mismo castigo de la cinta de 1984, es cazado y quemado por los padres de las víctimas.
Con nuevo rostro, retomando el carácter de asesino brutal y el humor negro se caracteriza al personaje (sin convertirlo en el payaso de las secuelas).
En el resto del reparto hay variantes, pero se conserva algún nombre y el carácter de ellos. Además, dos muertes son similares a las del original.
Más allá del conflicto sicológico de enfrentar traumas reprimidos y de la tensión relacionada al insomnio, este ‘remake’ usa los recursos básicos del género ‘slasher’: ambientes cerrados y oscuros, música sugerente, giros bruscos y grandes chorros de sangre en la pantalla.