Si Sir Elton John no va a interpretar -en su próximo show en Quito- más de dos canciones de su más reciente placa ‘The Diving Board’ (lo probable es que sean Home Again y Oceans Away) no será por falta de relevancia en la misma, sino porque el evento buscará abarcar lo mejor de su discografía de más de 40 años y se tendrá que economizar.
Y es que si el británico decidiera hacer un concierto interpretando únicamente las 15 canciones de este disco que vio la luz a finales del 2013, el melómano no tendría por que quejarse. Esta producción, sin ser nostálgica con el pasado, trae de regreso una filosofía que bien le hace falta al digitalizado mundo del pop actual.
Esta es simple pero definitiva: el buen cantante canta y el buen músico toca su instrumento. Además de la voz de barítono de Elton John y su versátil piano, lo acompañan algunas percusiones y un bajo. Así, este se convierte en el segundo disco en la historia del músico en donde no precisa de su banda completa (el otro fue ‘Victim of Love’, publicado en 1979).
Aunque evidentemente es una obra pianística, no debe ser confundida con música de ascensor o de restaurante. Si bien la balada domina, hay momentos acertados de jazz, soul, gospel, un pequeño ‘homage’ a la música incidental de Edvard Grieg y, como no podía ser de otra forma, rock n’ roll directo a la vena.
Aquí la tesitura del cantante de 66 años ya no llega a notas que le daban el rango de tenor en su juventud, pero aún le permite resolver melodías altas con soltura. En ese sentido destacan temas como Oscar Wilde’s Get Out y el que le da nombre al disco. Así, ‘The Diving Board’ retrata un músico que no pierde el toque de Midas cuando se sienta al piano con las letras de Bernie Taupin, el liricista de toda su obra.
- ‘The Diving Board’. Es el disco de estudio número 31 del cantautor británico.
- Debut. Se ubicó en el top 5 de EE.UU. y Gran Bretaña.
- Sencillos. Home Again y Mexican Vacation (Kids in the Candlelight) promocionaron esta placa.