Un ecuatoriano trabajó en la producción de 'Metegol'

Cevallos junto al juego en el que se basa el argumento de 'Metegol', la cinta animada del argentino J. J. Campanella. IMdb y Pavel Calahorrano / El comercio

Cevallos junto al juego en el que se basa el argumento de 'Metegol', la cinta animada del argentino J. J. Campanella. IMdb y Pavel Calahorrano / El comercio

Cuando Juan Francisco Cevallos se iniciaba en el mundo de la post-producción, soñaba con salir del país para trabajar en una película internacional y ver su nombre en las salas de cine. Nunca supo que cumpliría ese anhelo con la primera inmersión del director Juan José Campanella, en el mundo del 3D: 'Metegol'.

La historia que narra la vida de Amadeo, un joven que ­desencadena una aventura con los personajes de su juego de futbolín, tardó más de tres años en realizarse con un equipo de aproximadamente 300 personas, entre ellas el ecuatoriano Cevallos.

Durante dos meses y medio -desde abril hasta junio del 2013- Cevallos se instaló en Buenos Aires, Argentina, para ejercer como 'compositor', más específicamente en el Departamento de Composición Estereoscópica -lo que permite que se pueda ver el filme en 3D-. Su trabajo consistía en empatar las capas de video -que se envían independientemente para cada ojo (izquierdo y derecho)- y controlar la profundidad del plano. Es decir, examinar que el 3D esté bien 'seteado' y corregirlo, si era necesario.

Cevallos recuerda esto como una experiencia única, pues no solo conoció compositores de varios países -Colombia, Brasil, España, Alemania, EE.UU.- sino que también pudo entrenarse a detalle en la rama de estereoscopia.

Todo el proceso fue un gran aprendizaje para Cevallos, quien reconoce que tenía la teoría básica y el conocimiento del uso de los programas digitales, pero nunca había entrado en el sistema de una película de la magnitud de 'Metegol'.

El trabajo -según Cevallos- era duro, en una plataforma planteada por metas. Cevallos debía finalizar dos planos por día, aunque explica que dependía mucho de la complejidad del plano. Más que el tiempo, Cevallos dice que "exigían la calidad ante todo". Para ello, contaba con un compositor líder, un supervisor de composición y un supervisor de estereoscopia, quienes poseían la mirada especializada para detectar los detalles y fallas que sigan presentes en el plano.

Para ingresar en la lista de 'crew', Cevallos respondió al llamado de un amigo que estaba en negociaciones con la producción Argentina. En un inicio un equipo de tres personas ecuatorianas emprendería el viaje, pero por distintas cuestiones solo Cevallos pudo concretar el traslado.

Se entrevistó vía Skype con Diego Rosner, el productor ejecutivo de la película. Tras una segunda llamada y con el portafolio revisado a Cevallos, solo le quedaba coordinar la fecha de partida para empezar a trabajar. "En Argentina hay muchos artistas, pero lo que hacía falta eran manos para terminar a tiempo", explica Cevallos.

Al llegar, Cevallos empezó como asistente de composición, un trabajo sencillo, hasta familiarizarse con la dinámica de trabajo. Después tendría rienda suelta para componer los planos en 3D.

Considera que lo que llamó la atención de su portafolio fue el conocimiento en programas como Nuke, especializados en composición, y sus antecedentes en el mundo de la posproducción tanto en publicidad como en programas de televisión.

Frente a todo, Cevallos recalca que su educación ha sido primordialmente empírica, pues debido al reducido campo que existe en el país para este tipo de carreras, el Internet ha sido vital para su formación. Siempre buscando nuevos retos y tutoriales a través de la web, Cevallos ingresó a un curso en línea de la Escuela de Efectos Visuales Gnomon, con sede en California.

Regresó a Ecuador antes de ver finalizada la película, pero con la certeza de ver su nombre entre los créditos de 'Metegol', ahora en la cartelera nacional.

En contexto. 'Metegol' o 'Fubolín' es la primera experiencia con el cine de animación 3D del director argentino Juan José Campanella ('El secreto de sus ojos'). La historia se basa en el cuento 'Memorias de un wing derecho', de Roberto Fontanarrosa.

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