Veintitrés años después de su contundente retrato de Wall Street y sus ‘Golden boys’ , el director Oliver Stone y el actor Michael Douglas presentaron ayer en Cannes ‘Wall Street: Money never sleeps’. “ No creo que el mundo de las finanzas haya cambiado mucho” desde la primera ‘Wall Street’, afirmó en Cannes el actor estadounidense de 65 años, tras el pase de prensa de la película, que se estrenará en Estados Unidos a finales de septiembre próximo. “La codicia no ha cesado. Lo que ha ocurrido es que en el primer filme el tema era que la codicia es buena, y ahora es que la codicia es legal”, declaró Douglas, quien repite en esta película su papel de Gordon Gekko. “Gekko destruyó compañías, destruyó gente. Era un villano muy bien dibujado, y la gente se siente atraída por los villanos”, dijo Douglas. Pero en ‘Wall Street: el dinero nunca duerme’, el tiburón de las finanzas ha recibido golpes, y los muestra: encarcelado durante ocho años por delito de iniciados, un hijo muerto de sobredosis mientras él estaba tras las rejas, y una hija que no le dirige la palabra. Y esta vez, sobre Wall Street se cierne la crisis más seria desde 1929, que amenaza con sacudir al capitalismo. Oliver Stone optó por estrenar la película en el Festival, y no en Estados Unidos, “porque Cannes es el mejor mercado del mundo ”. El realizador decidió hacer la secuela de ‘ Wall Street’ después de que se desató la crisis financiera en el 2008. “En 1987 creía que el capitalismo iba a mejorar, pero eso no ha sucedido. Ha empeorado. Parece que se ha vuelto loco ”. Pero el filme trata no solo del mundo de las finanzas, sino también de “la búsqueda de equilibro” en la vida, señaló Stone.