El debate que gira alrededor de la película ecuatoriana ‘Feriado’ continúa. Los puntos de vista son variados y las instituciones públicas involucradas en el tema han hecho conocer sus argumentos. Por un lado, el Cabildo emitió una resolución en la que se establecía que únicamente los mayores der 18 años pueden ver la cinta. Tras la apelación de los cineastas, el Municipio modificó su decisión en segunda instancia y redujo la ‘calificación moral’ de la película a 15 años.
Frente a esta coyuntura, el Ministerio de Cultura y Patrimonio colgó ayer en su portal web un comunicado en el que además de expresar su solidaridad con el cineasta ecuatoriano Diego Araujo (director de la película), pide que se realicen “cambios estructurales en el sistema de calificación del Municipio Metropolitano de Quito”. La carta añade también que las instituciones ligadas a la cultura y el cine creen necesario implementar un sistema técnico donde las percepciones subjetivas y morales no influyan en la calificación de las películas.
¿Quién debería regular la calificación de cine? El Municipio, como lo ha venido haciendo hasta ahora con su ordenanza y rectoría sobre los espectáculos públicos, o el Consejo Nacional de Cinematografía, como ente rector del audiovisual nacional. La institución que fuere deberá coordinar con otros entes que ahora también se han manifestado por la salida del aire de programas televisivos y con organismos que precautelan los derechos de grupos vulnerables. Así, la regulación de edades del público podría cumplir su propósito como una herramienta que promueve la reflexión y el diálogo.
Además, para evitar que la calificación –como se ha apuntado- repose en el gusto y las concepciones morales del calificador de turno, es necesario implementar un procedimiento técnico y transparente donde se apunten los parámetros para una clasificación que funcione como recomendación y guía, antes que como prohibición amparada en el poder.