Hay algo que delata al punk más que la misma música y eso es una actitud que incomoda el juego de las convenciones sociales. Pese a los avances en inclusión de occidente, sigue siendo difícil pensar en algo más desafiante –y por ende más punk– que afrontar la disforia de género y cambiar de sexo.
Ese es precisamente el concepto de ‘Transgender Dysphoria Blues’, un álbum que aparte de presentar una nueva sección rítmica en la banda, es el primero en el que su líder deja de firmar como Tom Gabel para hacerlo como Laura Jane Grace. El guitarrista, vocalista, compositor y productor es desde el 2012 una mujer transexual y parte de su transformación se refleja en las historias que la artista imprime en esta placa.
Pese a todo el contexto detrás, la producción mantiene el estilo punk melódico que caracteriza al grupo. La terapia de reemplazo de hormonas no ha cambiado las capacidades vocales de Laura. Cabe decir que este renacer personal ha inspirado canciones de absoluta lucidez compositiva; fenómeno que en ese estilo no se escuchaba desde ‘American Idiot’ (2004) de Green Day.
Quizás la diferencia, aparte del concepto, es que esta producción es menos ostentosa que la antes mencionada. Los únicos músicos participantes son los miembros del cuarteto y a ellos se les debe el crédito de una instrumentación cuya filosofía es clara y efectiva en el nuevo milenio: menos es más.
De las 10 canciones del álbum, solamente dos podrían haber sido obviadas, no necesariamente por carecer de calidad sino por su conexión poco clara con la temática del disco. Aunque líricamente pudo ser una apuesta más poderosa, el disco revitaliza el desgastado género de distorsión guitarrera con ganchos de pop.
- Disco. La placa musical se lanzará el 21 de enero, pero ya puede escucharse en su totalidad en el sitio web NPR.org.
- Significado. Disforia de género designa a personas cuya identidad sexual se opone a su sexo biológico.