El domingo pasado Milagros Herrera, de 21 años, no contuvo las lágrimas cuando visitó a Swetty, una schnauzer miniatura de un año de edad. Desde hace cuatro meses, la que fue su mascota vive con su amiga Carolina López, en las calles Agua Clara y Las Lagunas, en el norte de Quito.
Por seis meses Milagros vivió con Swetty en su departamento, que mide 60 metros cuadrados, en la Ulloa y Mosquera Narváez.
Por el espacio reducido y la falta de un patio, decidió regalar a su mascota. “Ella pasaba sola todo el día y los vecinos se molestaban porque ladraba mucho”, relata.
La casa de Carolina brinda mejores comodidades, tiene un jardín de 280 metros que comparte con dos cachorros de su misma raza llamados Candy y Rodolfo.
Antes de adquirir una mascota lo primero a considerar es el espacio disponible y las cualidades físicas del animal a escoger.
La Federación Cinológica Internacional establece 360 razas definidas de perros divididas en 10 grupos: labradores, de defensa, los terrier, los teckels, los primitivos, los sabuesos, de trabajo, retriever, de compañía y lebreles.
Douboski de la Márquez, presidente de la Asociación de Registro Canino (Aercan), dice que las razas pequeñas son aptas para espacios cerrados. Y las grandes y medianas para los abiertos.
En los dos casos los canes necesitan salir de casa, relacionarse con otros perros y personas. El paseo debe ser todos los días.
Según Gabriel Carrión, experto en crianza de canes, los perros pequeños necesitan un espacio mínimo de 80 metros cuadrados y los grandes de más de 200.
Un lugar que no brinde las condiciones adecuadas para el crecimiento del animal puede generar problemas físicos y psicológicos. Carrión explica que la estrechez atrofia y deforma los huesos y si están muy encerrados los perros pueden volverse agresivos.
Tanto los perros de raza como los mestizos son buenas opciones para mascotas. En Ecuador están registrados 10 000 perros de 80 razas y seis millones de mestizos, medio millón en Quito, según De la Márquez. A más del bienestar del perro -dice este abogado- hay que trabajar en la relación entre amo y mascota. Tener un perro es como tener un niño en la casa, requiere similar atención. “Nuestra responsabilidad es durante toda su vida, de 12 a 15 años”.