Setenta y ocho millones de estadounidenses sufren de obesidad. Esto representa un 35,7% de la población del país del norte. El último estudio difundido por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos reveló que, de mantenerse el ritmo, para el 2030 el 42% de la población padecerá de esta enfermedad.
La obesidad aumenta en Estados Unidos y no hay quién lo niegue. ¿Pero por qué esta patología, que desencadena más de 20 enfermedades en los sistemas cardiovascular y digestivo, sigue en aumento?
La gastroenteróloga Lucrecia Capelo asegura que el estilo de vida de los estadounidenses los ha llevado a esta crisis sanitaria. Este estilo se caracteriza por la falta de tiempo.
“No se dan tiempo para preparar sus almuerzos y cenas y optan por consumir comida rápida o comprar los alimentos congelados, ricos en grasa y carbohidratos”. Capelo dice que no se dan los momentos para cocinar porque sus jornadas laborales se extienden hasta 12 horas diarias.
Los estadounidenses no solo son obesos por el tipo y la cantidad de comida que ingieren, sino por alimentarse desordenadamente. El cardiólogo Francisco Benítez dice que, por el apuro, dejan de desayunar o de almorzar y creen que comiendo una vez al día no van a engordarse. Ocurre lo contrario. “Si te saltas el desayuno o almuerzo, en la noche y al día siguiente el organismo te hace reponer esas calorías”, detalla.
Sumado a estos perjudiciales hábitos, Benítez agrega que sin ejercicio la propensión a engordar es mucho mayor. “Por la calidad de comida que ingieren, ellos consumen muchas calorías y no las eliminan de ninguna forma, entonces se van acumulando”.
Si trabajan entre 10 y 12 horas el tiempo que les queda libre desean invertirlo en ocio y el ejercicio resulta una molestia y no una distracción. Para entretenerse, los estadounidenses eligen actividades que los desestresen y que son sedentarias: ir al cine, ver televisión, navegar por Internet, jugar con las consolas de video…
La nutricionista Cristina Yépez cree que montar en bicicleta, jugar fútbol o ir al parque son actividades que han sido reemplazadas por esta diversión sedentaria. Considera relevante el hecho que los padres de familia, por trabajar demasiado y no estar en casa en las tardes, descuidan a sus hijos quienes son candidatos ideales para caer en la obesidad. “Se quedan en casa , no salen a hacer ejercicio sino que juegan algo electrónico y encima comen cualquier ‘snack’ que tienen a la mano”.
El mal ejemplo, agrega Yépez, es otra de las causas por las que la obesidad va en aumento en la infancia. El 16,9% de los niños y adolescentes del país (12,5 millones) son obesos. “Si los niños ven a sus padres comer desmesuradamente harán lo mismo porque ellos son su ejemplo a seguir. Y para los padres es normal este problema y no ven necesidad de preocuparse por sus hijos”.
¿Por qué es tan difícil frenar la obesidad y es tan fácil seguir aumentando de peso? El cardiólogo explica que el perfil de un obeso es el de una persona ansiosa que se calma con la comida.
Carolina Espinoza, psicóloga del Centro Psicoterapéutico Anzus, explica que la cultura estadounidense es consumista y este deseo de tener más se produce por un déficit individual y colectivo. Detalla que ellos intentan suplir estos vacíos emocionales con objetos materiales, de una manera ansiosa; ahí aparece la comida como salida para esta ansiedad.
La obesidad se puede curar, pero si los estadounidenses continúan con este estilo de vida, según investigadores de la Universidad de Duke, RTI International y los CDC, afirman que en dos décadas, el sistema de salud tendrá que atender a 32 millones de personas más por obesidad.
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