Un pueblo educado garantiza, en gran porcentaje, el desarrollo de una ciudad y, por lo tanto, de un país. A esa conclusión llegó William A. Bell, alcalde de Birminghan, Alabama. Él fue uno de los cinco expositores que participaron en el foro de la Unesco titulado ‘Sharing Multidisciplinary Good Practices in Building Cities’. El encuentro se cumplió a propósito de la cumbre Hábitat III.
“Si las personas tienen acceso a la educación existe la posibilidad de que a futuro puedan contribuir con ideas para mejorar y hacer de su ciudad un lugar donde todos quieran vivir”, dijo el burgomaestre estadounidense.
La educación, contó, es fundamental para terminar con la discriminación que por ahora sufren personas discapacitadas, mujeres, niños, pueblos ancestrales. “Solo así tendremos sociedades integrales, con la posibilidad de tomar decisiones en conjunto”.
En Birminghan, Alabama, contó que se desarrolla un proyecto inclusivo y participativo con el que se busca mejorar la calidad de vida de las personas y lograr el desarrollo del urbanismo sostenible, el gran objetivo de la Organización de las Naciones Unidas. Durante su intervención, una de las más aplaudidas, contó que cada cierto tiempo convocan a jóvenes profesionales de entre 18 y 35 años a una cita con el Alcalde para que narren sus preocupaciones y retos a los que se enfrentan, pero también para que aporten con posibles soluciones. Pero, así como participa ese grupo de ciudadanos, representantes de su administración dialogan con personas de la tercera edad, jóvenes y niños para conocer sus necesidades y a futuro brindarles una solución.
A los adultos mayores, por ejemplo, les consultan si quieren parques grandes, con máquinas de gimnasio, lugares con mucha o poca sombra, espacios para caminar. “Trabajamos de acuerdo a los deseos de la comunidad“, recordó.
Y añadió que recopilan la información “de abajo hacia arriba”, es decir, tomando en cuenta primero a los grupos minoritarios, a los más vulnerables. Finalmente, recalcó que a diario trabajan en la promoción de leyes y ordenanzas que impidan discriminar en términos de educación, vivienda y trabajo.
Durante el encuentro también se habló de la necesidad de educar a todas las personas del mundo para que tomen consciencia de la importancia de cuidar el agua, indispensable para garantizar un desarrollo urbano sostenible.
De acuerdo con datos proporcionados en la conferencia, solo el 2.3% del agua que existe es dulce y está en los glaciares y en el subterráneo. “Necesitamos cuidar el agua, pues también influye de manera directa en la salud de sus consumidores“, dijo.
También se repitió lo que se dijo el 21 de marzo, 24 horas antes del Día Mundial del Agua: “el esfuerzo para llevar agua potable a millones de personas en todo el mundo va a ser aún más problemático debido al cambio climático, que amenaza el abastecimiento de agua y la seguridad del agua para millones de niños que viven en zonas propensas a sequías o inundaciones“.
De acuerdo con datos de la Unesco, en el 2015, al final de la época de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, 663 millones de personas en el mundo carecían de agua potable de fuentes mejoradas, que se supone que separan el agua del contacto con la excreta. Sin embargo, los datos procedentes de la nueva tecnología disponible para hacer pruebas indican que unos 1 800 millones de personas podrían estar bebiendo agua contaminada por la bacteria e-coli incluso de algunas fuentes mejoradas. La presencia de la bacteria e-coli revela la existencia de materia fecal en el agua.
Al final, todos coincidieron en que es importante trabajar de forma integral, desde los diferentes sectores, para alcanzar los objetivos fijados en la Nueva Agenda Urbana.