Más educación y comunicación para los achuar

El proyecto piloto se realizará en la comunidad achuar de Kutsukau, donde viven alrededor de 84 habitantes. Foto: Cortesía proyecto Pukuni

El proyecto piloto se realizará en la comunidad achuar de Kutsukau, donde viven alrededor de 84 habitantes. Foto: Cortesía proyecto Pukuni

El proyecto piloto se realizará en la comunidad achuar de Kutsukau, donde viven alrededor de 84 habitantes. Foto: Cortesía proyecto Pukuni

El proyecto Pukuni Community House llegó a uno de los lugares más recónditos de la Amazonía. Las comunidades achuar de Kusutkau y Suwa, que se encuentran ubicadas en Pastaza, cerca de la frontera con Perú.

Llegar a este lugar requiere de un viaje terrestre hasta la zona de Shell Mera y luego en avioneta y canoa. El acceso es tan limitado que todos los insumos básicos deben arribar por vía aérea. Son comunidades familiares que viven de la caza, pesca y agricultura en pequeña escala.

El objetivo del proyecto es crear una espacio que genere una mayor comunicación entre la comunidad con el exterior y que mejore sus herramientas educativas a través de dispositivos electrónicos como tabletas o computadores con acceso a Internet.

Emilia Alvear, encargada del diagnóstico y vinculación con la comunidad, contó que para ello se construirá una casa con un acondicionamiento especial (paneles solares) para que los aparatos funcionen. Recibirán Internet satelital.

El proyecto se postuló en el Ideas Global Challenge 2017 del Massachusetts Institute of Technology. Se entregaron 10 premios de USD 15 000, 10 000 y 7 500. Este último fue el monto acreditado para la ejecución de la obra.

Felipe Oviedo, estudiante ecuatoriano en el MIT, tuvo la idea de crear una iniciativa en el Ecuador. A él se le sumó Francis Goyes, estudiante de arquitectura en el MIT, Xavier Soriano, ingeniero en sistemas que adaptará el software que se va a implementar; Felipe Males, economista, Sebastián Ruiz, geógrafo y encargado de la logística y Emilia Alvear, encargada del diagnóstico y la vinculación con la comunidad.

Por el momento ya han realizado dos visitas. “Al principio la comunidad no estaba muy segura, no nos creían”, recuerda Alvear. Parte de este camino ha sido lograr que las comunidades se empoderen y sepan de su potencial.

Una primera visita permitió conocer el espacio y evaluar las necesidades de la población. La comunidad de Kusutkau, de 84 habitantes, va a ser la primera intervenida. Allí hay 37 niños en edad escolar y existe una escuela con hasta décimo de básica.
Gracias al premio del MIT realizaron una segunda visita donde llevaron útiles escolares, ropa y otros insumos.

El siguiente paso es iniciar con la elaboración de planos, conseguir el financiamiento para la construcción de la casa, comprar o conseguir donaciones de paneles solares y capacitar a la población.

La iniciativa
Busca proveer de herramientas adaptadas al contexto social y cultural de la población.

El proyecto

Los estudiantes buscan terminar el proyecto en diciembre del 2018. Aún deben construir la casa.

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