Un balance y el tras bastidores del Ecuador Fashion Week

Ecuador Fashion Week

Ecuador Fashion Week

En el Ecuador Fashion Week la empresa Mayta&Co presentó sus trabajos. En ellos se combina arte con moda. Foto: Enrique Pesantes/EL COMERCIO

¿Qué hacía el reconocido pintor ecuatoriano Félix Aráuz frente a una pasarela? Pues sí, estuvo en la primera fila durante uno de los desfiles del Ecuador Fashion Week (EFW), que finalizó el sábado anterior en el Centro de Convenciones de Guayaquil.

Aráuz fue uno de los invitados especiales de Mayta&Co, una firma creada recientemente, que realizó su primera pasarela durante el EFW. El concepto de esta marca consiste en fusionar arte con moda, al imprimir en sus diseños las obras pictóricas de famosos artistas, nacionales y extranjeros.

Aráuz cedió algunos de sus coloridos cuadros y el viernes por la noche pudo verlos sobre unos lienzos un tanto distintos: vestidos, chaquetas y faldones usados por esbeltas modelos. La abstracción de su obra, y los colores cálidos, como el rojo y el naranja, destacaron en un vestido que usó la presidenta del EFW, Cecilia Niemes, ese día.

Mayta&Co
es una idea conjunta de Marcela Cevallos, Gabriela Vera y Diego Madriñán Guayasamín. “La familia siempre ha tenido muy buenas relaciones con artistas en el Ecuador y en general. Se nos ocurrió empezar esta línea de ropa con diseños de artistas ecuatorianos. Tenemos un año y medio en el mercado, pero el impacto ha sido grande”, dice Madriñán.

Grandes maestros como Nelson Román, Édgar Carrasco son parte de este proyecto. Pero también cuentan con jóvenes manos como las de Diana Armas y Francisco López. Y no dejan a un lado el talento extranjero, con pintores de Cuba, España y Francia.

“Hoy nos están llamando muchos artistas que quieren participar -cuenta Madriñán-. Es una propuesta de arte en movimiento, una propuesta que fusiona el arte de la moda y el arte plástico en una prenda”.

30 diseños dieron vida y color a la pasarela. Como en un lienzo, las obras de cada prenda se reflejaron en las pantallas de fondo del escenario. Gafas oscuras, labiales en tonos metálicos y vibrantes, pies descalzos, se entretejieron en esta ‘perfomance’.

Toda esa puesta en escena se forjó tras bastidores. Sitios de planchar, zapatos y ropa por todas partes para los cambios de pasarela, maquillaje, algunas ‘selfies’ entre los modelos y el sonido de las secadoras de cabello a su máximo nivel.

Ese ajetreo permaneció oculto tras la pulcritud de cada presentación. En ese hábitat de moda se sintió muy cómodo el estadounidense Borris Powell, quien trajo una muestra de su trabajo a Guayaquil.

El ganador del Desafío Oscar Diseñador en 2011, quien ha vestido a varias estrellas del cine, incluyendo algunos actores de la película Alicia en el país de las maravillas, fue parte del grupo de diseñadores extranjeros invitados.

Pero los nacionales mostraron su talento en prendas de alta calidad, demostrando su creatividad, como dijo la madrina de la edición 23 de EFW, Anabella Azín de Noboa, quien también saltó a la pasarela con un vestido turquesa de la diseñadora ecuatoriana Laura Santana, radicada en Estados Unidos.

“Los acabados, los insumos, los detalles, han cambiado radicalmente para bien desde el 2003, cuando comenzamos con esta semana de la moda -dice Cecilia Niemes-. Ahora hay un concepto de calidad, de competición con marcas muy renombradas. Los diseñadores tienen su inspiración en grandes diseñadores triunfadores latinoamericanos, que son referentes mundiales, como Óscar de la Renta y Carolina Herrera”.

Suplementos digitales