Una poltrona clásica, pero sin brazos. Foto: María Isabel Valarezo / EL COMERCIO
Los espacios modernos requieren de mobiliarios que conjuguen servicio y encanto. Y que, a la vez, sean adaptables a zonas amplias y reducidas, más habituales hoy en día.
Las poltronas se acoplan a cualquier espacio, incluso para el que no estaban pensadas. La mayoría posee espaldar y asiento acolchados, brazos elegantes -algunas- y, sobre todo, detalles sui géneris.
Home Identity, especializada en diseño de alta gama, cuenta entre sus opciones, con un modelo versátil llamado ‘Air lounge chair’. Está hecha de cuero blanco al que se sumó metal cromado.
Francisco Araujo, director de la tienda, la recomienda para interiores. También destaca la pieza ‘Sillon Foliage’, ideada por Patricia Urquiola, de marca Kartell, cuyo asiento evoca la copa de un árbol.
La tela, de lana virgen, puede escogerse entre blanco, naranja, rojo, verde, azul y negro, que contrasta con las patas metálicas.
Madeleine Uchuari, diseñadora de Nilda House, creó la línea Luxe. Un ejemplar tiene el espaldar apoyado sobre cuatro bastidores, más un tapiz (brocado) turquesa con alto relieve en café. Y trabajado en seike de poro cerrado.
Otra butaca, más elegante, recurre a una textura de seda plateada oscura con terciopelo. Gracias a su respaldo alargado va muy bien como cabecera de comedor.
Uchuari toma objetos de la cotidianidad para sus creaciones: un modelo de poltrona toma forma de ‘croquis’ (cuadrados), con chenille de líneas naranjas, terracota, café, dorado y verde oliva.
En la madera, de seike, matizó el wengué con tono coñac. Según la diseñadora, es una fusión exclusiva de Nilda House, a la que bautizaron como Express.
En esta misma línea construyó la tipo ‘canasta’ con un asiento más robusto de chenille, que apela al estilo animal print, revolviendo negro con dorado.
La tendencia clásica, con pinceladas sofisticadas, la impone el modelo ‘Anillo’. Esa denominación se debe a que en su centro se dejó un orificio redondo. Su aspecto tradicional lo pone el terciopelo amarillo .
Aunque se parezcan, las poltronas no son sillas. Se diferencian porque las primeras son de menor altura y, en teoría, más cómodas para momentos de descanso y relax.
Sin embargo, no siempre son acolchadas. La ‘Form lounge chair’ -Home Identity-, de Piero Lissoni, se basa en poliuretano, de color antracita, y acero cromado.
Los exteriores pueden decorarse con la invención de Kartell, llamada ‘Sillón pop outdoor’. Cuenta con materiales como policarbonato y poliuretano, resistentes a los rayos UV y a cualquier clima.
La estructura es transparente y el tejido de ikon (disponible en blanco, gris, naranja y negro) se puede lavar fácilmente.
La silla ‘Mademoiselle’ reúne todos los atributos que definen el trabajo del diseñador francés Philippe Starck: solidez, elegancia y armonía.
La estructura (policarbonato) se combina con la comodidad del asiento, 100% de algodón blanco con puntos negros.
En Zientte by Dejavu, una franquicia colombiana, estos productos son vistosos y de buenos acabados. Natasha Vivar, encargada de la firma, explica que en línea contemporánea se destaca un modelo de tela impermeable. Más convencionales son las poltronas de cuero vacuno legítimo.