Donald Trump incita la polémica en torno a la vacunación

La relación entre el autismo y la vacunación nació a finales de los noventa, cuando Andrew Wakefield publicó en The Lancet una investigación que señalaba que la inoculación producía esta enfermedad.

La relación entre el autismo y la vacunación nació a finales de los noventa, cuando Andrew Wakefield publicó en The Lancet una investigación que señalaba que la inoculación producía esta enfermedad.

En los EE.UU., uno de cada 68 niños tiene autismo, según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades. Foto: Archivo 

‘Si fuera presidente, impulsaría una correcta vacunación y no permitiría una sola ronda masiva de vacunas que un niño pequeño no puede tomar - Autismo”. En marzo del 2014, Donald Trump expresó claramente en Twitter su oposición al actual sistema sanitario de vacunación y, además, estableció una relación directa entre este y el autismo.

Ahora en el poder, esta declaración ha despertado cierta preocupación en la comunidad científica estadounidense, sobre todo tras la designación de Robert F. Kennedy Jr., otro opositor de la inoculación, como parte de un panel que analizaría esta panorámica.

Al respecto, Alison Singer, presidente de la Autism Science Foundation, dijo en una entrevista para el sitio Scientific American que “tenemos docenas de estudios que examinan el autismo y las vacunas y que no demuestran una conexión”.

La relación entre el autismo y la vacunación nació a finales de los noventa, cuando Andrew Wakefield publicó en The Lancet una investigación que señalaba que la inoculación producía esta enfermedad.

Tiempo después, su trabajo fue tildado como fraudulento debido a que existían intereses financieros por parte del médico británico. Al final de un proceso que se extendió hasta 2010, el Consejo Médico General del Reino Unido señaló que el trabajo de Wakefield no contaba con los suficientes insumos, por lo cual lo descartó como un documento válido en la comunidad científica.

Tras la designación de Kennedy Jr., la revista Nature publicó un amplio editorial en el que demostraba, con datos del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los EE.UU., que un estudio presentado en el 2015 demostró, tras analizar 95 mil casos de niños, que no existe una relación alguna entre la inoculación y el autismo, incluso en personas con historias clínicas familiares relacionadas con esta enfermedad. Por ello, la casa editorial instó al Presidente una revisión de su postura.

Suplementos digitales