Para divertirse y aprender en el verano

En el taller Leonardo da Vinci. Ana Paula Lascano (der.), de 4 años, pinta un paisaje. Usa acuarelas.

En el taller Leonardo da Vinci. Ana Paula Lascano (der.), de 4 años, pinta un paisaje. Usa acuarelas.

La pintura fomenta la creatividad

En la clase de pintura en el taller Leonardo da Vinci, en Quito, Daniel Scafiri, de 6 años, dibuja un avión y dos helicópteros de guerra sobre una cartulina blanca. En la lámina, uno de los aparatos aparece en una suerte de caída libre. “Fue derrribado en batalla”, dice.

El niño de ojos verdes y saltones tiene preferencia por los transportes aéreos militares. Y en su clase de cerámica, también hizo un avión de combate.En la misma clase, Ana Paula Lascano, de 4 años, pinta un paisaje con acuarelas. La niña estudia pintura desde hace un año.

Al otro extremo del salón, cinco frutas tropicales sobresalen en el tablero de Daniela Sánchez, de 10 años.

En el curso, los niños trabajan en cartulina, luego el óleo y lienzo. Utilizan témperas, crayones, pastel al aceite, acuarelas y carboncillo adaptado para niños.

El taller Leonardo da Vinci ofrece cursos permanentes y personalizados de dibujo, pintura, cerámica, danza y pilates, durante el año escolar y en las vacaciones. En un vacacional, los estudiantes aprenden técnicas básicas. “El dibujo potencializa la concentración y la creatividad, mientras los divierte”, señala Luz Fernández, la directora .

En tanto que las actividades en cerámica ayudan a desarrollar la motricidad fina y gruesa en los escolares, agrega Fernández.

Adicionalmente, los estudiantes tienen la oportunidad de exponer sus trabajos en lugares como la Fundación Guayasamín, el Municipio de Quito y el Colegio de Arquitectos.

Las artes escénicas recrean al niño

Daniela Rodríguez, de 12 años, Paula Páez (12), Tamia Morcillo (11) y Dolores Crespo (12) practican todas las tardes la obra ‘Dos cigüeñas, una bruja y un dragón’. Madeleine Loayza, maestra del Centro de Artes Escénicas de Quito, dirige los ensayos de esta adaptación del libro de Leonor Bravo.En la puesta en escena se utilizan tres marionetas realizadas por ellas mismas en las clases de artes plásticas. “El teatro nos relaja y nos ayuda a expresarnos de distintas formas”, coinciden las niñas. El grupo se presentará el 31 de junio.

Esta actividad es parte de las clases regulares de artes escénicas, que toman en las tardes.

Loayza dice que las artes escénicas recrean la sensibilidad de los niños y potencializan sus destrezas. “Todo niño tiene aptitud artística, es mejor abordarla desde temprana edad”.

Por esta razón, anota, las artes escénicas son una buena opción para estas vacaciones. “El arte es disfrutar, es gozar”.

A la vez que los distrae y recrea mejora la concentración y la memoria. Les ayuda a leer mejor, a coordinar las ideas y a desarrollar la coherencia.

Otra ventaja: favorece la formación de un espíritu libre, lo cual mejora su autoestima.

En el curso de Artes Escénicas, los estudiantes aprenden teatro, artes plásticas, juegos y cuento, iniciación corporal, tango, ritmos tropicales y yoga.

Este módulo también se impartirá en los talleres vacacionales que ofrece el centro. Al final se entregará un diploma.

La danza disciplina y forma un estilo de vida

Descubrir que las fajas que sujetan las polleras o faldas de las mujeres indígenas del país tienen su historia. Eso es lo que llamó la atención de Glenda Herrera, de 15 años.

A través de la danza folclórica aprendió no solo del vestuario de los pueblos, sino también su historia, costumbres y tradiciones. “Conocer más de mi país, me hace sentirme más orgullosa”, dice.

Una compañera de estudio en la Fundación Danza es Emilia Ulloa, de 14 años. Ella practica danza clásica. La disciplina de este arte le ha ayudado a formar el carácter para soportar un horario rígido. “Todos los días, después del colegio, voy a casa a almorzar. Luego, a clases de danza y otra vez a casa a realizar tareas hasta la noche”. Sus padres le pusieron una condición para que siga en danza: que no baje las calificaciones.

La Fundación Danza, a través de sus dos escuelas, Centro Danzarte y Danza e Identidad, desde hace 15 años oferta cursos vacacionales para niños, jóvenes y adultos. En la institución se enseñan dos tipos de danza: clásica y folclórica.

Al finalizar los cursos se entregará un certificado y los estudiantes tendrán clases demostrativas con público. Para Clelia Naranjo, directora de Danza e Identidad, la danza es una disciplina que forma un estilo de vida.

Dos tipos de danza

Los módulos. EL primero es del 05 al 30 de julio. El segundo es del 02 al 27 de agosto.

Los horarios. La danza folclórica, los martes y jueves de 10:00 a 11:30. Los sábados cursos intensivos de 09:00 a 12:00. La danza clásica de lunes, miércoles y viernes de 16:00 a 17:00 y de 17:00 a 18:30.

La inscripción. La pensión mensual de la danza clásica es de USD 50. Por el de la danza folclórica se abona USD 30 al mes.

La dirección. Está en la av. Río Coca E10-59 y París. Los teléfonos: 246 5768 y al 09 812 2731.

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