Dirigentes afros piden acciones tras el Decenio

Guillermo Ayoví (Papá Roncón) encabeza la comitiva de Borbón, que participa de la discusión del cumplimiento del Decenio del pueblo afrodescendiente, que en enero del 2018 cumplirá tres años.

Ayoví es uno de los referentes de la música tradicional de Esmeraldas y ha participado en cinco reuniones relacionadas con el Decenio, y en las que se han recogido aportes para la construcción de las políticas públicas que beneficien a esa nacionalidad.

Las reuniones se han realizado con organizaciones de
palenqueros de la provincia de Esmeraldas, que el pasado miércoles 1 de noviembre hicieron un segundo lanzamiento del Decenio, en los bajos de la Gobernación de Esmeraldas.

El primero estuvo organizado por la Unidad de Diversidad Cultural del Municipio, y el Colectivo de Mujeres Afros y Diversas, en octubre del año pasado, en la plaza cívica Nelson Estupiñán.

Pero para Ayoví, en estos casi tres años de reuniones y diálogos, es poco o nada lo que se ha avanzado en la consecución de reivindicaciones para el pueblo afro del país y, sobre todo, del norte de Esmeraldas.

Este gestor artístico es uno de los que han emprendido la lucha para que se cree una escuela de música y danza tradicionales en el norte de Esmeraldas, como parte del rescate cultural de los pueblos. Pero su propuesta, que se enmarca en el ámbito cultural del Decenio, aún no ha tenido la acogida esperada por otros gestores o actores políticos.

Lourdes Valencia, otra de las gestoras culturales, que participó del lanzamiento del Decenio en Esmeraldas, asegura que hasta el momento no se ha trabajado en ninguno de los ejes que motivaron a las reu­niones. Se refiere a la justicia, reconocimiento y desarrollo de los pueblos afros.

Tras las reuniones que se han cumplido, al menos en Esmeraldas, uno de los planteamientos determinados fue una propuesta al actual Gobierno para la creación de una secretaría técnica del pueblo afro, para articular las acciones de intervención, según Valencia. Pero esa misma iniciativa, agrega, tampoco ha logrado definirse en algo concreto.

El Municipio de Esmeraldas, por pedido de las organizaciones culturales, creó la unidad técnica del Decenio y una ordenanza, pero los dirigentes afros insisten en que hace falta voluntad política para que se cumplan las propuestas.

Algunas de esas sugerencias incluyen más atención a las poblaciones del norte de la provincia, donde se conservan las viejas tradiciones de la oralidad, pero no tienen infraestructura educativa adecuada, ni servicio eficiente de agua potable ni vías en buen estado.

Elpidio Corozo, de la población de San Miguel de los Negros, ubicada en el río Cayapas, asegura que están perdiendo sus territorios ancestrales y las fuentes de agua se contaminan por la minería. “El Decenio debería servir para que se frenen los abusos ambientales que sufrimos las comunidades del Ónzole, Cayapas y Santiago”, refiere Ayoví.

En medio de esto, los intentos de conservar la cultura vernácula parten desde las mismas organizaciones de cantoras y marimberos, que se empeñan en no dejar morir el folclor, como ocurre en Timbiré, del cantón Eloy Alfaro.

El antropólogo Adison Güisamano explica que la intención de la Organización de Naciones Unidas, que proclamó el Decenio Internacional de los Afrodescendientes, fue hacer que los Estados atiendan a este segmento de la sociedad, mejorando sus condiciones de vida en varios aspectos.

Pero pese a los esfuerzos realizados desde varias organizaciones de Esmeraldas y otras provincias, muchos creen que aún no han sido atendidos.

“Nos preocupa que después de los diálogos no se concreten políticas a favor del pueblo afro, por eso exigimos la creación de la secretaría técnica”, señala David Quiñónez, integrante de la Comisión Nacional de Organizaciones de la Sociedad civil Afroecuatoriana.

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