Franco retrasó 15 años la llegada a España del boom latinoamericano

La censura del dictador Francisco Franco retrasó la llegada de obras de autores como Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Juan Rulfo entre otros. Fotos: Captura, Wikicommons.

La censura del dictador Francisco Franco retrasó la llegada de obras de autores como Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Juan Rulfo entre otros. Fotos: Captura, Wikicommons.

La censura del dictador Francisco Franco retrasó la llegada de obras de autores como Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Juan Rulfo entre otros. Fotos: Captura, Wikicommons.

La censura franquista retrasó unos 15 años la llegada a España de algunos autores del boom latinoamericano como Carlos Fuentes, Julio Cortázar y Juan Rulfo, según publica hoy (30 de junio de 2016) el diario El País de España, basándose en informes oficiales.

'La región más transparente', del mexicano Carlos Fuentes, fue calificada en 1960 de "atea, con alusiones políticas contrarias al régimen y descripciones fuertemente lascivas", según se documentó en el Archivo General de la Administración, al que tuvo acceso el diario.

'Las buenas conciencias', del mismo escritor, fue vetada ese año por retratar a "personas religiosas como hipócritas, (...) y con frases inconvenientes y escenas de burdel". Esas obras no llegaron a España hasta 1973 y 1975, respectivamente.

En 1966 circulaban por fin 17 000 ejemplares de 'La muerte de Artemio Cruz'. La publicación del libro de Fuentes se producía después de la leve apertura que propició la llegada de Manuel Fraga al Ministerio de Información en 1962, y con la aprobación de la Ley de Prensa en 1966.

A partir de entonces "se suprimió la censura previa y se podía publicar lo que se quisiera, pero el franquismo reservaba el derecho a parar las tiradas si creía que una obra era ofensiva", explica Xavier Ayén, autor de 'Aquellos años del boom'.

En 1967, los censores, que según el Archivo General de la Administración evaluaban si cada nuevo libro "atacaba a la moral, a la Iglesia o al Régimen", aconsejaron suprimir ocho páginas de 'Rayuela', del argentino Julio Cortázar.

También el peruano Mario Vargas Llosa tuvo que corregir ocho párrafos de 'La ciudad y los perros' para que su novela pudiera ver la luz en España en 1963. Pero el autor no dejó de defender su libertad creadora.

En una carta al funcionario del régimen, escribió: "Esto en nada modifica mi oposición de principio a la censura. [...] La creación literaria debe ser un acto eminentemente libre, sin otras limitaciones que las que le dictan al escritor sus propias convicciones", según reproduce El País.

Una larga demora sufrió también 'Pedro Páramo', del escritor mexicano Juan Rulfo. Fue rechazada en 1955 por contener "descripciones crudas de situaciones inmorales" y no pudo leerse en España hasta 1969.

El régimen de Francisco Franco (1939-1975) fue más benévolo con el colombiano Gabriel García Márquez. Ninguno de sus libros fue modificado. Su primer trabajo llegó en 1962: 'La mala hora'.

Pero hasta la aparición de su obra cumbre 'Cien años de soledad', en 1967, no empezaron a editarse sus trabajos en amplias tiradas. Esa novela, considerada "muy buena", no suponía problema político ni ideológico alguno para los censores, aunque señalaron que "moralmente, presenta un ambiente en el que predomina la inmoralidad".

Jorge Luis Borges fue el escritor latinoamericano mejor aceptado por el franquismo, afirma El País, que recuerda la censura española con motivo del 50 aniversario de la publicación de 'Los nuestros', del escritor chileno Luis Harss, obra que consagró la revolución latinoamericana.

'El Aleph' llegó a España sin ninguna objeción en 1969, dos décadas después de su publicación original. La censura franquista lo calificó como "uno de los más grandes líricos de la lengua española".

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