La escenografía y las proyecciones complementaron el viaje musical que ofreció Arjona durante el primero de sus dos conciertos en Quito. Foto: Jenny Navarro/ EL COMERCIO
La noche del sábado 23 el Coliseo Rumiñahui pudo presenciar el show ‘Viaje‘ de Ricardo Arjona. El guatemalteco mostro una gala llena de luces, escenografía y visuales que recorrieron las historias de sus canciones.
El tren fue el ‘leitmotiv’ de toda la puesta en escena que recayó sobre todo en los videos que se proyectaban como telón de fondo –además del tren que se cruza el escenario-. Con la proyección de pantallas, el fondo del escenario de Arjona mantuvo una diversidad de estaciones de tren, que a blanco y negro contaban poco a poco sus canciones.
El compositor pudo conversar con el público durante el concierto. Los gritos efusivos casi no dejaban escuchar sus palabras. Aún así el diálogo que entabló bien podría ser una más de sus canciones.
Sus primeras palabras llegaron con la canción Viaje. “Todo empezó por unas ganas enormes de largarme del lugar donde yo estaba. Luego uno se da cuenta que los fantasmas se van con uno” inició el artista. Mientras las fans saltaban para poderlo alcanzar. Su recorrido por el tema, le invitó a compartir el deseo de escribir esta canción:
“Esto fue el año pasado. De verdad, (tenía) unas ganas de fugarme. Yo sé, uno empieza a emprender viajes para buscar la manera de que el tipo que es uno, apareciendo en otra parte sea un tipo completamente distinto. Y uno emprende viajes enormes y se da cuenta, con cierta tristeza, que los fantasmas se van con uno. Pues cuando uno se ve en un lugar muy muy lejos, se ve como es, el mismo tipo de siempre. A veces es mejor quedarse en casa. Empezar viajando solo y después por qué no tratar la manera de viajar justo en el cuerpo de la persona que usted más le gusta. Y nada, emprender su viaje a través del mapamundi, de eso que tiene ahí y que usted a veces no se da cuenta”, concluyó el artista. De pie y sin más que su micrófono antes de cantar el tema.
Arjona lo tiene todo calculado, no hay espacio para la improvisación en las palabras que dedica a su público. Mientras las canciones seguían recorriendo una tras otra, el cantante se dio un tiempo para describir la canción El Amor. “Me acerco un poco para hablar”, dijo el artista para ponerse en confianza con los asistentes a primera fila.
“¿Ustedes escriben cartas a veces? Esas cartas que guardan en algún lado, que no mandan a ninguna parte. ¿Se dieron cuenta de estas cartas que uno escribe, cuando sabe que no las va a mandar lo pone ahí absolutamente todo. Sin depuraciones, sin nada. Esta podría ser una de esas?” Con la atención centrada en su diálogo y el silencio total, Arjona dio inicio a los acordes de la canción.
Así siguió con su repertorio hasta llegar a Cavernícolas. Al tema de su último disco lo describió como un amor que se desvanece por el tiempo.
Sentado junto a la única mujer de su equipo de músicos, Arjona dio paso a su conversación –que solo era respondida con gritos de la audiencia-.
“Las parejas nuevas empiezan llenas de sueños y terminan mintiendo. Las parejas nuevas empiezan todo del polvo. Como la tierra, de sus inicios. Todos salvajes y terminan diciendo triste, que pases buena noche.
Las parejas empiezan en un acto de ebullición y terminan compartiendo páginas web, en la cama, en una computadora. Se va perdiendo lo salvaje de cuando empezó. El exceso de besos, el exceso de piel. Esta podría ser la canción triste de las parejas felices” sentenció el artista.
La última canción con la que dedicó palabras a Quito, fue Señora de las cuatro décadas. El tema elevó la efusión del público femenino. El artista empezó a leer los carteles dedicados en su nombre que jugaban con los títulos de sus canciones y de sus discos. Entre Animales Nocturnos y Verte llegar fue la luz, Arjona se paseaba por el escenario de izquierda a derecha. Hasta encontrar uno de los posters más grandes y elegir a su dueña para que suba al escenario.
“Esta canción yo prometí no volver a cantar. Lo que pasa es que me fue fatal, cuando tome la decisión los reclamos fueron terribles” explicó el artista. “El caso de que la mujer a la que le escribí esta canción hoy ha de tener 124 años. Ya me parecía que no era indicado para cantarla. Déjame ver si encuentro a alguien para subirle, para no contarla solo” dijo Arjona y el Coliseo se convirtió en un solo estallido.
La afortunada seguidora –Sonía según el cantante- pudo sentarse en un sofá junto al guatemalteco. Mientras tanto éste entonaba la oda a las mujeres de 40 años.
Entre temas como Si el norte fuera el sur, Pingüinos en la cama y Sin daños a terceros Arjona se limitó solo a cantar, tomando en ocasiones la guitarra. El público tomó la batuta del canto en Te Conozco, donde Arjona se limitó a escuchar y aplaudir la pasión de sus seguidores.
Así transcurrieron canciones como Fuiste Tú, Te quiero y Minutos para cerrar la noche con otros de sus temas considerado himno para sus seguidores. Arjona entonó enérgico, el tema Mujeres y al finalizar cerró sus palabras con un “Quito, se les quiere. Hasta siempre. Muchas gracias”.
Setlist del concierto del sábado 23:
A la luna en bicicleta
El problema
Acompañame a estar solo
Dime que no, Cuando
Desnuda
Viaje
Invetebrado
El Amor
Piel pecado
Cavernícolas
Historia de taxi
Señora de las cuatro décadas
Si el norte fuera el sur
Pingüinos en la cama
Te conozco
Sin daños a terceros
Lo poco que tengo
Te quiero
Apnea
Fuiste tú
Minutos
Mujeres