En comunas como El Baboso, del pueblo awá, Carchi, la mujer se encarga de la familia y la producción. Foto: Washington Benalcázar /EL COMERCIO
Las mujeres rurales, a pesar de representar el 43% de la mano de obra agrícola del mundo y ser las responsables de producir, procesar y preparar los alimentos, son “exponencialmente más vulnerables y están más marginadas”. Así señala un informe de la ONU, con motivo del Día Internacional de la Mujer Rural, que se celebró el sábado 15 de octubre.
En Ecuador el panorama no es diferente. La fecha prácticamente pasó desapercibida en la mayoría de provincias.
Rocío Cachimuel, presidenta de la Federación de Indígenas y Campesinos de Imbabura, considera que la festividad no tiene mayor relevancia porque no han sido propuestas desde los pueblos.
Sin embargo, la dirigente destaca el papel de la mujer en temas de seguridad alimentaria y protección de la familia.
Para Freddy Pianchiche, representante del pueblo Chachi, de Esmeraldas, la poca atención al día de las campesinas muestra el desdén hacia este segmento de la población.
Comenta que uno de los temas puede ser porque no se ha difundido la fecha a nivel de los diferentes organizaciones.
Pero, Pianchiche destaca que sin el papel de la mujer campesinas no habría desarrollo en la zona rural.
“Las madres y esposas están al frente de las familias, porque en muchos casos el hombre salen a laborar lejos del hogar”.
Según la ONU, la contribución de la mujer campesina, está relacionada con la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural.