El chelista estadounidense Dennis Parker ofrece durante su estancia en Guayaquil clases maestras gratuitas a músicos locales, en el Centro Ecuatoriano Norteamericano. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
El músico y profesor estadounidense Dennis Parker está comprometido con la expansión de los repertorios para el violonchelo al punto que ha ‘robado’ para su instrumento música originalmente escrita para violín, viola o incluso para flauta, trascribiendo piezas musicales famosas para tocar en su chelo.
“Hay menos música para chelo, que para violín, por ejemplo. La misma música no va a sonar igual en chelo que en flauta, tiene la misma forma y cuerpo, pero vestida de otro color, con otro sabor”, explica el maestro de violonchelo en la Universidad de Música del Estado de Louisiana (EE.UU.).
La idea es ampliar el repertorio, tocar en conciertos, grabar y publicar, “con la esperanza de que eventualmente más chelistas quieran tocar estas cosas también”, dice con acento brasileño. Defiende el instrumento como el que más se acerca a la voz humana con un rango de sonidos que puede imitar al violín o al contrabajo.
Parker está en Guayaquil impartiendo clases maestras a chelistas de la ciudad gracias al Centro Ecuatoriano Norteamericano (CEN), incluso con instrumentistas veteranos de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil (OSG), con la que el estadounidense ofrecerá un concierto como solista este viernes 30 de junio DE 2017, a las 19:30, en el Teatro Centro de Arte.
En su primera visita a Ecuador, el violonchelista tocará con la Sinfónica local el ‘Concierto de cello’ del británico William Walton, un estreno para Ecuador. “Es un concierto que se toca poco, creería que ha sido tocado pocas veces en el Cono Sur, porque es complejo para la orquesta y muy difícil para el chelista, pero es muy divertido y lírico, y el público sale fraseando partes de la música”, dice el maestro.
Las clases gratuitas responden también a uno de los objetivos de la nueva dirección de la OSG, que pretende que los músicos internacionales invitados compartan sus experiencias y conocimientos con los instrumentistas de la ciudad.
El violonchelista estadounidense le dedica un tiempo a cada uno de los músicos que han asistido está semana a las clases y se muestra abierto a permanecer en contacto con ellos por Internet, como ya lo hace con músicos de países como China o Turquía.
“Me importa mucho compartir. Les presentó ideas nuevas, técnicas para tocar cada vez mejor, cambios en la percepción del cuerpo, del propio instrumento, o en la forma de afrontar los estilos de la música; y si les gusta, pueden implementarlas”, indicó.
En el repertorio del recital gratuito de este viernes, su octavo concierto de temporada, la Sinfónica de Guayaquil prevé tocar también otra obra que según la Orquesta constituye un estreno en Guayaquil: las Danzas Sinfónicas de Rachmaninoff.