Los números en rojo tienen en terapia intensiva a la Sociedad de Lucha contra el Cáncer (Solca) Núcleo de Quito. La entidad afronta un déficit de USD 10 396 701. Así lo asegura Solón Espinosa, presidente de la institución.
El faltante se empleó en gastos corrientes y de inversión. Además, se usaron los saldos de ejercicios anteriores para contratar personal y comprar equipamiento. Ese dinero estaba destinado para terminar los hospitales que se construyen en Riobamba, Santo Domingo y Lago Agrio.El agujero económico, dice Espinosa, se deriva del presupuesto anual que asigna el Estado, de cerca de USD 14 millones. El monto está por debajo del presupuesto general que en el 2010 asciende a USD 32 903 168. La diferencia se intenta cubrir con la autogestión y las donaciones.
Para Espinosa, la suma que entrega el Estado no se ajusta a las necesidades del hospital, que año a año atiende a más pacientes.
En el 2009 hubo 55 000 consultas más que en el 2008. En lo que va de este año, en comparación con igual período del año pasado, se incrementaron 10 000 consultas.
¿Cuándo empezó la crisis? En el 2008, cuando Solca entró a formar parte del sistema de salud del país. Espinosa tiene una explicación: antes de que la Asamblea Nacional suprimiera el cobro del 0,5% del impuesto a las operaciones de crédito, con el cual se financiaba la institución, no habían dificultades. Además, cada año estas preasignaciones se incrementaban.
Por ejemplo, en el 2002 la entidad recibió USD 4 810 749. En el 2005 la cifra subió a USD 8 377 079. Para el 2008, año en el que se eliminó la tasa, Solca cobró 14 198 779.
Desde entonces, el monto fijado en el Presupuesto del Estado se mantiene, a pesar del aumento de pacientes en Solca.
¿Cuáles son los efectos de la crisis? Uno de ellos es el cese en la contratación de médicos para cubrir la mayor demanda de personas. Solca Núcleo de Quito tiene una área de cobertura de 11 provincias: Carchi, Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo, Santo Domingo de los Tsáchilas, Sucumbíos, Orellana, Napo y Pastaza.
En la actualidad, en el Área de Precontrol laboran tres profesionales oncólogos. Cada uno atiende un promedio de 30 a 38 personas al día, dice María Teresa Espejo, quien labora en ese departamento. La especialista refiere que en años anteriores, cada uno de los médicos examinaba entre 18 y 20 pacientes diarios.
El tiempo de consulta duraba entre 10 y 15 minutos. En la actualidad, por la avalancha de turnos, se redujo a 5 ó 6 minutos.
Todos los pacientes que llegan a Solca pasan primero por la preconsulta. Tres médicos los atienden. Luego se los direcciona a los diferentes especialistas u otros hospitales si el diagnóstico no tiene que ver con el cáncer.
Cada jornada se registra un promedio de 2 561 consultas en todas las áreas del hospital.
Por la falta de especialistas, las citas se entregan para después de dos o tres meses. Espejo afirmó que en años pasados, ese término no excedía las dos semanas. “Esta situación perjudica a los pacientes. El cáncer es una enfermedad que no puede esperar para un tratamiento”, sostiene la oncóloga.
La falta de fármacos es otro dolor de cabeza para los pacientes, dice Nancy Benavides. Ella acompaña a su hermana María Teresa, quien padece cáncer uterino.
Ambas son originarias de Manta y cada 21 días vienen a Quito, para que María Teresa Benavides sea sometida a tratamientos de quimioterapia. El viernes pasado, compró los reactivos porque Solca no los tenía en su farmacia. Ese día gastaron cerca de USD 1950.
“El Gobierno debe dar recursos para que los hospitales puedan atender. Es mucho lo que se gasta en medicinas”, se lamenta Nancy.
El pasado 8 de mayo, el Directorio de Solca solicitó al vicepresidente Lenín Moreno que el Estado asignara un mayor presupuesto para cubrir los gastos que genera la creciente demanda de pacientes. También pidió que el Estado asumiese el déficit que afronta la entidad para culminar las obras en los hospitales que están en construcción.
El jueves pasado, Solca Núcleo de Quito recibió un oficio de la Presidencia de la República y del Ministerio de Finanzas. En el documento se solicita información sobre la situación financiera de la casa de salud. “Estamos a la espera de una respuesta. Confiamos en que se dé pronta solución”, concluye Espinosa.