“Si nacimos con dos riñones, uno es para compartir”, dice Daniela Peralta, la mujer que emprendió una campaña en redes sociales y que está decidida a donar su riñón a su cuñada Susy Hinojosa.
Luego de recibir el apoyo a través del hashtag #yotengoderechoadonar, Peralta ahora busca sumar el respaldo ciudadano en una marcha pacífica que se realizará este sábado 25 de abril del 2015, a partir de las 11:00, en Quito. Saldrán de la Cruz del Papa, en la av. Amazonas, y darán una vuelta alrededor del parque La Carolina. El acto finalizará en la Tribuna de los Shyris, del otro lado del parque.
La idea es concienciar a la gente sobre la importancia de la donación de órganos en vida. Ella cree que si bien existe la opción de recibir trasplantes de donantes cadavéricos, es importante saber que en vida también se puede ofrecer parte del cuerpo a los seres queridos que lo necesiten.
Daniela quiere darle un riñón a Susy, quien desde los 13 años enfrenta una nefritis que hace seis meses derivó en insuficiencia renal. Además de ayudar a Susy, la mujer de 32 años quiere alegrar a su sobrina de 8 años, quien sufre cuando ve a su madre debilitada y cansada por las tres sesiones de diálisis semanales que recibe desde hace cuatro meses.
En medio de su campaña ha tenido conversaciones con varias autoridades. Daniela relata que mantuvo una reunión el miércoles 15 de abril con la ministra de Salud, Carina Vance, y con otras autoridades, entre ellas, las del Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células, Indot.
Según su testimonio, ellos le explicaron que no podían autorizar su pedido, ya el artículo 33 de la Ley Orgánica de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células especifica que solamente pueden donar en vida personas con hasta cuarto grado de consanguinidad y primero de afinidad.
Daniela está consciente de que esta reglamentación busca evitar el tráfico de órganos, pero considera que ampliar la posibilidad de donación a familiares con hasta segundo grado de afinidad salvaría muchas vidas.
En medio de su campaña en Facebook y Twitter, Daniela se ha comunicado con al menos 25 personas que le han contado que atraviesan situaciones similares. Por eso decidió acoger la sugerencia de acudir a la Defensoría del Pueblo, el viernes pasado, y pedir una acción de protección. Este proceso está en trámite, pero mientras recibe una respuesta, ella continuará solicitando que le permitan donar su órgano voluntariamente a Susy.
Relata que ha recibido llamadas de la Presidencia de la República, en las cuales le han ofrecido dar prioridad al análisis de su caso. También la han contactado de despachos de asambleístas, interesados en hablar sobre el tema. Para ella es importante que su historia sea el inicio de una causa social, que sirva para marcar un precedente y que más gente pueda ayudar a sus seres queridos.
De no conseguir la autorización para la cirugía, su cuñada deberá continuar realizándose diálisis hasta que aparezca un donante cadavérico compatible con ella. Esa espera no tiene un tiempo definido, ya que depende de varios factores médicos para que pueda concretarse.