Una multitud de niños y jóvenes llegó a las puertas de la Catedral de la Inmaculada; era viernes y el público se congregó en las afueras del templo. Ellos son los integrantes del coro de niños y de jóvenes del Conservatorio José María Rodríguez, de Cuenca.
En total son 38 niños y 57 jóvenes que participan desde el jueves pasado hasta hoy, en el Festival Coral A Tres Banderas, que se desarrolla junto a las aguas de las cataratas de Iguazú, en escenarios de Foz do Iguazú (Brasil); Puerto Iguazú (Argentina) y Ciudad del Este (Paraguay).
Los cantantes usaban trajes celestes con grises o largos vestidos negros; los mismos atuendos que lucen en el festival. Su canto se escuchó en el pasillo de la Catedral al interpretar el tema Quiero compartir un sueño, del compositor cuencano Carlos Freire.
La maestra cuencana María Eugenia Arias movía sus brazos para guiar la interpretación de sus alumnos. Según ella, la participación de los coros del Conservatorio José María Rodríguez en el Festival Tres Banderas se dio tras una selección que se realizó desde el 2008. Para ello enviaron videos, CD, fotos y una hoja de vida.
Para la maestra quiteña, Sonia Noboa, representante del Instituto Interamericano de la Música de Chile, y encargada también de la selección, los coros de Cuenca tienen un excelente nivel. “Es uno de los mejores grupos del país (el del Conservatorio José María Rodríguez), porque sus alumnos a más de cantar leen las partituras e interpretan diferentes ritmos como música clásica y popular, pasillos y otros géneros nacionales”.
Carolina Orellana, de 10 años, es parte del coro desde los 7 años. Su rostro y sus ojos reflejan la alegría que siente al viajar y ser parte del festival. Para ella es una oportunidad para demostrar lo aprendido durante estos años.
Entre sus temas preferidos está Que canten los niños. Carolina dice que lo primero que tiene que hacer antes de interpretar una canción es calentar la voz; sin dudarlo da un ejemplo: hace ejercicios de vocalización pronunciado “so so…. y mu mu…”.
Josué Ruiloba también es integrante del coro. Desde enero pasado empezó a prepararse para el festival, todos los días en su casa, donde suele practicar las diferentes melodías frente a un espejo. Su madre, Rebeca Cobos, cuenta que su hijo es un apasionado por la música. Sus hermanos le molestaban -cuenta- porque a cada instante practicaba las melodías.
Ella se siente orgullosa de que Josué participe en este festival. Arias dice que su repertorio es variado, con piezas como Barrios de Cuenca, Donovis pocem, América, entre otros. Mientras que los jóvenes interpretan temas como Aleluya, Buenz Yesca o Apamush Chungo…
Sharon Sarmiento, de 16 años, está segura de lo aprendido. Sus profesores les preparan durante seis horas al día en técnica vocal, interpretación y lectura de partituras. La maestra Priscila Urgilés también se encargó del manejo de la técnica vocal. Durante seis meses hizo que sus alumnos adquieran una correcta articulación de la voz de tal manera que su interpretación sea brillante.
Las voces de las sopranos y contraaltos, de los bajos y los tenores maravillaron a los presentes que estaban en los alrededores de la Catedral Nueva. Los aplausos dejaban en el aire la esperanza de que el canto surta el mismo efecto en el certamen de Iguazú.
El coro en detalle
El coro prejuvenil del Conservatorio José María Rodríguez ya salió del país, en tres ocasiones anteriores, a festivales en Argentina, Brasil y Chile. El grupo interpreta música clásica y popular.
María Eugenia Arias tiene 25 años dirigiendo coros. Es también directora orquestal y licenciada en Musicología.