Un tesoro de Ibarra, descuidado

Los artículos están  desprotegidos . Hay piezas    en el piso y estanterías sin ninguna seguridad.

Los artículos están desprotegidos . Hay piezas en el piso y estanterías sin ninguna seguridad.

Vasijas precolombinas asentadas en el suelo, cajas de cartón con trozos de cerámica y huesos humanos y estanterías con piezas arqueológicas, junto a baldes, computadoras, escobas… Así luce hoy el ex Laboratorio de Arqueología del Municipio de Ibarra.

“No somos eruditos en la materia. Pero organizamos esto lo mejor que pudimos”, explicó Rodolfo Chacón, ex gerente del Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural de Ibarra (Fonsalci).

Chacón fue contratado, el año anterior, para impulsar el proceso de liquidación del Fonsalci. Entre las tareas que se le encomendaron estuvo realizar un inventario y ordenar las piezas históricas.

Una puerta de madera y cristal, protegida por un candado, resguarda esta parte del patrimonio de los ecuatorianos. La bodega está ubicada en el viejo Cuartel de Ibarra, detrás del Municipio.

Hay 1150 piezas aproximadamente, según el Inventario de piezas arqueológicas y misceláneos. Mónica López, funcionaria municipal, fue la encargada de levantar la información.

Al igual que los otros funcionarios que han estado a cargo de esta bodega, repleta de objetos históricos , no tiene conocimiento de arqueología o antropología. En el Municipio de Ibarra no hay un solo profesional en esas ramas.

López está redactando el acta de entrega recepción de los artículos del ex Laboratorio de Arqueología. El documento recoge datos generales de las piezas que están en los anaqueles, en las cajas y en el piso. No hay datos técnicos ni el valor de las piezas.

Pero Gioconda Benavides, directora de Planificación del Cabildo, asegura que el Municipio enrolará un experto el próximo año. “En el presupuesto -del 2012- esta incluida la contratación de un especialista en restauración y un arqueólogo”.

José Echeverría, arqueólogo y antropólogo, que estuvo vinculado al Fonsalci, asegura que antes todas las piezas estaban en orden. “Había un inventario que realizó el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC)”. Entre los vestigios más valioso, asegura, existe una colección de vasijas recuperada en el sector de Los Soles, en San Antonio de Ibarra, que data aproximadamente de unos 1 000 años antes de nuestra era.

También hay figuras de santos elaboradas en el siglo XIX. Piedras labradas, encontradas en el Inca Huasi (Casa del Inca), recuperadas en Caranqui, al sur de Ibarra. Y, una colección de artículos antiguos, como pistolas, además de restos arqueológicos, donados por el general Bolívar López Hermann, entre otros.

Mónica López verifica los datos, una y otra vez, antes de entregarlos a Sandra Paredes, jefa de Bodega, que tiene a cargo los inventarios del Municipio. Ella custodiará este tesoro histórico hasta que el Municipio construya el Museo de la Ciudad (cuyos estudios de construcción comenzarán el próximo año). Entre tanto, las piezas seguirán embodegadas.

Punto de vista

Juan Carlos Morales/ Autor del libro Caranquis

‘Sin  memoria  no nos  conocemos’

La conservación del Patrimonio es parte sustancial de un pueblo. Sin memoria no podemos saber quiénes somos ni a dónde vamos. Por ejemplo,  más de 5 000 tolas de la cultura Caranqui, que vivió en la Sierra norte   del año 500 al 1 500 de nuestra era, permanecen en el abandono.

Los caranquis, gracias a su diversa producción agrícola,  lograron comerciar durante siglos como hermanos, mientras ahora, las autoridades no saben ni  cómo definir la  Zona 1, en las  provincias del norte de Ecuador. 

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