Bajo un manto de nieve y una dura autocracia, un compositor hallaría con sus obras la mayor expresión del ‘alma rusa’: Piotr Ilich Tchaikovsky.
Corría el siglo XIX y en medio del Imperio de los zares, Tchaikovsky se abrió del nacionalismo musical de sus compatriotas, para hermanar melodías dulces con el ambiente y la esencia de las aldeas esteparias.
Producto del genio del compositor nacido el 7 de mayo de 1840 vieron la luz las suites de ‘El cascanueces’ y ‘El lago de los cisnes’, posteriormente coreografiadas por Marius Petipa. Pero su obras es vasta y se hace de conciertos, marchas, sinfonías, óperas…
Piezas que se reúnen en el nuevo volumen de la colección Grandes Compositores de la Música Clásica que circula hoy con EL COMERCIO. La interpretación de las composiciones de Tchaikovsky incluidas en esta edición es responsabilidad de la Royal Philarmonic Orchestra.
Los cinco discos que conforman este número de la colección se acompaña de un breve libro donde se explica el contexto social, el motivo de las composiciones y la vida del autor, así como la trascendencia de su música en la historia universal. Sendas ilustraciones representan al autor y a pasajes de sus obras.