La literatura negra hace ‘boom’ desde los países nórdicos. Los libros, de similar perfil, llegan a las librerías del país tras el fenómeno de los suecos Stieg Larsson, con su trilogía ‘Millenium’, y Henning Mankell. España lo sintió en años pasados y ahora los textos vienen a América, con por lo menos una veintena de autores suecos, finlandeses, noruegos, islandeses y daneses.
Si se toma en cuenta que el analfabetismo desapareció en los cinco países escandinavos hacia 1850, que los novelistas pueden acceder a un sueldo vitalicio y los lectores a una estructurada red de bibliotecas, no extraña que su producción literaria sea extensa y de calidad.
Sin embargo, los escritores y las obras enmarcadas en este ‘boom’ revelan la otra realidad de ese bienestar que ha caracterizado a la región nórdica. Aquella realidad que se refleja en las altas tasas de delitos, de episodios de violencia doméstica, de tendencia al suicidio…
Los textos, abanderando el género negro y criminal, se construyen como una disección de la sociedad contemporánea y la crisis del capitalismo. “Una buena novela policiaca explica un país. Y a mí no me gusta embellecer nada”, dice el escritor islandés Arnaldur Indridason.
Para la arquitectura narrativa, los creadores, a través de la penetración psicológica, insertan a sus personajes en la estructura clásica de este género (donde el núcleo argumental es un misterio por resolver, dentro de una atmósfera oscura). A lo cual se suman los detalles rigurosos de la investigación policial o periodística, con sus consiguientes silencios y aplazamientos que dan el suspenso necesario para pasar las páginas sin cesar.
Se trata de una literatura de denuncia social, permeada por los mecanismos de la novela negra, de los relatos policíacos; pero que siempre indaga en realidades más profundas que el caso a resolver.
La mayoría de novelas presenta a un protagonista que exponga la perspectiva crítica con la sociedad, se adentre en los campos de la investigación y a la vez proyecte o desdoble a sus autores dentro de la ficción (muchos personajes comparten la profesión y algunos detalles de sus creadores).
Maj Sjöwall y Per Wahlöö, (considerados los padres de este tipo de literatura desde los años 60) lo hicieron con el inspector Martin Beck. Indridason, con Erlendur Sveinsson; Mankell, con Wallander; Jo Nesbo, con Harry Hole; Karin Fossum, con Konrad Sajer; Liza Marklund, con Annika Bengtzon; Asa Larsson (sin parentesco con Stieg), con Rebecka Martinsson; Anne Holt, con la dupla Yngvar Stubo e Inger Johane Vik’ Mientras que Stieg Larsson, si bien tiene al periodista Mikael Blomvist, cobra mayor intensidad en la personificación de la fascinante Lisbeth Salander.
Esos personajes se arman como seres atropellados por la posmodernidad o que alternan su ajetreada vida con la convivencia familiar, lastrados por los vicios, obsesionados con el pasado, cuestionan la pérdida de valores, la extrema derecha y la corrupción económica.
Las editoriales no han perdido la oportunidad de publicarlos. Solo en el caso de Larsson han superado los 13 millones de libros vendidos, a escala mundial. RBA, Destino, Suma, Tusquets y Grijalbo son algunos de los sellos que aparecen en las solapas. Además, son conscientes de que las traducciones se abren a un mercado de 400 millones de hispanoparlantes (aunque el tono esté marcado por una traducción hecha al español peninsular).
Liza Marklund
Suecia. Un caso de feminismo en el género. Su personaje Annika Bengtzon compagina sus investigaciones con la vida familiar.
Henning Mankell
Suecia. Un maestro de la intriga y de la acción y un narrador metódico. Indaga más en el porqué del caso que en los involucrados.
Stieg Larsson
Suecia.El ‘boom’ de la literatura policíaca, un ‘best seller’. En la trilogía ‘Millenium’ presentó a Lisbeth Salander, su mejor arma.
Asa Larsson
Suecia. El machismo, la violencia y el radicalismo religioso aparecen dentro de sus novelas ‘Aurora boreal’, ‘Sangre derramada’ y La senda oscura’.
Arnaldur Indridason
Islandia. Con libros como ‘Las marismas’ y ‘La mujer verde’ , este autor se mantiene en la tradición más realista del género negro, donde conjuga acción y misterio.
Jens Lapidus
Suecia. Abogado de 33 años que ha representado a criminales. ‘Dinero fácil’ se adentra en los bajos fondos de Estocolmo.
Jo Hesbo
Noruega. En ‘Petirrojo’ dio a conocer al comisario Harry Hole. Sus novelas juegan con la historia, no aquella de quienes vencieron.
Maj Sjöwall y Per Wahlöö
Suecia. Este matrimonio de periodistas es considerado como el origen de la novela negra con vertiente social en Europa.
Karin Fossum
Noruega. Debutó con ‘El ojo de Eva’. Su estilo se centra en la introspección y las motivaciones psicológicas de sus personajes, entre ellos, el inspector Konrad Sajer.
Anne Holt
Noruega. La ex ministra de Justicia de este país se dio a conocer en la literatura con ‘Castigo’. Sus personajes son un matrimonio feliz e implacable en la investigación.