El pasado 3 de noviembre, en el parque de San Sebastián, en Cuenca, se realizó el evento El vuelo del colibrí. Allí la Dirección de Cultura del Municipio de la urbe azuaya obsequió una serie de libros.
Entre los ejemplares estaba la obra ‘La cerámica’ del artista cuencano Eduardo Segovia. Este acto generó cuestionamientos sobre lo positivo de que las instituciones públicas obsequien textos.
Según Segovia, fue una sorpresa ver que su libro lo regalaban a todas las personas que se dieron cita en ese lugar. “No estoy en contra que se obsequien, pero hay que saber a qué personas va dirigida”, señala el escritor.
Segovia añade que le causó malestar ver que su libro se entregó sin ningún tipo de explicación a las personas, hasta el punto que luego un lustrabotas quiso venderlo en USD 1.
Para el ceramista es positivo que se obsequien las obras a personas que tengan un conocimiento o un interés sobre el oficio; como él lo hizo en Lima, donde regaló 17 de sus libros. Estos los tomó en el evento del 3 de noviembre, allí“nadie me dijo porque me los llevaba”, comenta.
Según el director de Cultura del Municipio de Cuenca, Trosky Serrano, existen registros que los libros se regalaron a los visitantes de Quito, Loja y otras ciudades. Los mismos que fueron autografiados por el vicepresidente Lenín Moreno. Para Trosky “esta es una manera de democratizar los libros y que todos tengan acceso”.
Por su parte, el presidente de la Casa de la Cultura, Carlos Vásconez, no está de acuerdo que se entreguen gratis estas obras, pues considera que “cuando adquirimos algo le damos valor”.
Además señala que hay libros que pueden obsequiarse, como los de formación para los establecimientos educativos, por ejemplo. Pero que el regalar un libro no significa que se esté incentivando a la lectura. Para Vásconez existen otras actividades para fomentar este hábito, como leer con los jóvenes en voz alta. “Este tipo de ejercicios estimularán a que las personas se sientan atraídas y empiecen a leer”.
A diferencia del escritor Cristóbal Zapata, quien considera que obsequiar un libro puede despertar en la persona el interés por la lectura. Sin embargo, la institución primero debe preocuparse en el contenido de la obra y cómo fue hecha, antes de regalarla. Asimismo debe tener en cuenta a quiénes van dirigidos los textos, bajo qué criterio se obsequian y que “no se deben entregar solo por deshacerse de ellos”.
El escritor también señala que las instituciones no deben regalar un libro sin existir acciones paralelas como talleres con profesores y alumnos, donde se realicen ejercicios de lectura. Con la finalidad de que los textos no sean guardados y las personan aprovechen el contenido de las obras.
Según Serrano, dentro de la planificación anual y con el objetivo de fomentar la lectura, se destinó un presupuesto de USD 100 000 para apoyar a la publicación de obras. Para el próximo año se prevé realizar una inversión de USD 300 000 y conseguir el apoyo de diferentes entidades privadas.
Además explica que estos libros están destinados para regalar a los establecimientos educativos, abanderados y bibliotecas ubicadas en las 21 parroquias. “El objetivo es incentivar la lectura”.
También anunció que se prevé realizar una Bienal internacional de literatura y de arte infantil, con el propósito de descubrir y estimular el talento que tienen los niños y jóvenes cuencanos.
Otro propósito del representante del Cabildo de la capital azuaya es declarar especies valoradas a las obras, para que puedan venderse en librerías.
En Cuenca
Para fortalecer la lectura y escritura en la ciudad, la Dirección de Cultura del Municipio de Cuenca será parte del evento Ideología libertaria, que se realizará en el 2012.
En las 21 bibliotecas de las parroquias y en los Centros del Saber, que pertenecen a la Dirección de Cultura del Municipio de la capital azuaya, también se obsequian los libros.
El director de Cultura Trosky Serrano espera que los libros sean declarados especies valoradas. Esto permitirá que puedan ser distribuidas y vendidas en librerías.