De las formas del humor que son la ironía, el sarcasmo o el cinismo, la curadora de arte Ana Rodríguez señala que la ironía es la que más se acopla al humor gráfico, pues es la que permite una distancia y una mediación entre la realidad y el discurso que la representa de un modo crítico. Mientras que el sarcasmo conlleva una relación de poder entre lo real y su representación, y el cinismo es directo en su intención; la ironía es mordaz porque no es un recurso que pretende ser objetivo.
La ironía permite una apertura en el sentido, que rompe el ‘status quo’, las maneras oficiales de decir la realidad. Una apertura que en el humor gráfico se da por el desfase entre texto e imagen.
El sentido irónico también apunta ala amplísima difusión de este tipo de gráfica, pues es una comunicación, que sencilla en el modo de presentarse, es compleja en su sentido. “Hay pocas formas que son tan efectivas en su comunicación”. El lenguaje que utilizan es para públicos grandes, pues no se requiere una formación prevía: sin ser especialista puedes llegar al sentido ‘filosófico’ de la viñeta.
Hay también una dimensión cultural que se relaciona con el humor gráfico y que tiene que ver con ciertos códigos o determinados imaginarios para poder entenderlos y reparar en su humor. Así, Rodríguez prefiere a Quino, Fontanarrosa o Patinho.