Alrededor de 50 000 personas, durante los últimos 10 años, han vivido una experiencia distinta en relación al arte, pues este en lugar de estar confinado -en actitud sacra- en un museo, un teatro o una galería, ha salido a la calle, para expresarse libremente y despojarse de esa imagen enconsertada y solemne que tiene para la mayoría. El Festival Arte en la Calle es el responsable de que esto ocurra.
Con cerca de 200 artistas participando de esta iniciativa de la productora Dínamo, a lo largo de tres semanas, el cierre del Festival será este sábado en La Carolina, según cuenta Piedad Viteri, directora del Festival y parte de la productora.
Sin embargo, algunas de las manifestaciones artísticas que se han desplegado este año continuarán expuestas durante al menos dos meses más. Es el caso de las seis vallas con fotografía artística y las 15 paletas (pequeños letreros ubicados en los parterres) con ilustraciones, ubicadas en distintos sitios de la ciudad; además de las instalaciones, intervenciones en el mobiliario urbano (10 paradas de la Ecovía) y esculturas monumentales.
La idea central del Festival, en palabras de Viteri, es: “Que la ciudad se convierta, y de alguna manera ya lo es, en un espacio de convergencia de movimientos que intervengan con sus manifestaciones artísticas los sitios públicos”. Otro de los puntales que ha sostenido estos 10 años el proyecto de Viteri y de Daniel Montenegro (el otro integrante de Dínamo) es que el Festival Arte en la Calle siempre cumpla con su objetivo inicial: proveer a la gente un acceso libre y gratuito a la cultura, y masivo. Otro de sus sellos es la muldisciplinaridad; el Festival, desde su inicio, está abierto a toda manifestación artística.
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Lo que comenzó como “ruedos de artes escénicas circenses, con música, sin tarimas”, según recuerda Viteri, mientras coordina por teléfono los últimos toques del encuentro artístico que hubo el sábado pasado junto al mercado de La Floresta, ha logrado convocar a cientos o incluso miles de personas, convirtiéndolas así en nuevos ‘consumidores de arte’ y también mostrar el trabajo de artistas internacionales en Quito.
Es el caso de SAM3, un español que vino invitado para el Festival y que ha dejado plasmados sus mensajes visuales en tres paredes de Quito: en la bajada hacia El Trébol desde la av. Napo, en el mercado de San Roque y en la calle Galavis, entre Isabel la Católica y Andalucía. Uno de ellos plantea, en blanco y negro, la paradoja de la evolución humana: un hombre que empieza a ponerse de pie y luego vuelve a caer en una posición cuadrúpeda, pero ayudado de llantas, es decir, convertido en un auto, que finalmente se transforma en un ataúd.
En su ánimo multidisciplinario e integral, también hay visiones más optimistas, como el Quito colorido, casi de cuento, que plasmó en una pared Bego (artista visual ecuatoriana), o los performances, conciertos, obras de teatro callejero y fotografías que han llegado al público de distintos sitios, los dos fines de semana anteriores.
Como desde el inicio, el Festival cuenta con el apoyo de la Dirección de Cultura del Municipio de Quito, y también con financiamiento del Ministerio de Cultura (desde que se creó), además de los auspicios privados, que son muchos y que aportan de diferentes maneras. De otra forma no sería posible cubrir los alrededor de USD 80 000 que cuesta esta puesta en escena artística y masiva, que se organiza durante seis meses cada año.
Este año, la lógica del festival ha sido la de la ruta. Por eso las actividades y las intervenciones se han concentrado mayoritariamente en la zona más turística de la ciudad: la centro-norte. Y este sábado terminará en La Carolina, donde habrá música, video, instalaciones, escultura, teatro, danza… en fin una variedad de manifestaciones humanas que pueden crear belleza.
Este sábado
El cierre del Festival Arte en la Calle será de 10:00 a 17:00 en la Cruz del Papa. Se tratará de una feria de movimientos urbanos.
Habrá música de géneros diversos, artes acrobáticas. También se exhibirá una instalación del colectivo británico Robots, invitado para esta edición; también una escultura hecha con CD.