¿Qué le espera a la Academia Nacional de Historia tras el ‘cisma’ del 2013?

Eduardo Muñoz Borrero, académico y religioso visita este Diario. Foto: EL COMERCIO

Eduardo Muñoz Borrero, académico y religioso visita este Diario. Foto: EL COMERCIO

En el estudio de EL COMERCIO estuvo el académico y religioso Eduardo Muñoz Borrero, para hablar sobre las proyecciones de la Academia Nacional de Historia en este año, luego de la polémica suscitada a finales de 2013.

Muñóz Borrero asegura que, al centenario de González Suárez, se siente que la Academia está dividida. Esto, debido a la crisis de crecimiento y rupturas.

A Jorge Núñez, “hay que darle oportunidad para que realice su actividad. Y si no hay contento, entonces hacer una reelección”, apuntó.

Desde 1909, año de su creación, la Academia Nacional de Historia (ANH) no había enfrentado una polémica tan fuerte como la que a finales del año pasado llevó a una parte de sus miembros a desconocer al nuevo director de la misma. A finales de octubre del año pasado Jorge Núñez fue elegido director de la institución, en lo que algunos miembros de la ANH consideraron una sesión irregular, por lo cual decidieron desconocer el nombramiento.

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El principal contradictor de Núñez es Hernán Rodríguez Castelo, quien la noche de la elección también aspiraba al cargo de director, y fue uno de los seis académicos que abandonaron la sala. Rodríguez Castelo asegura que la falta de un reglamento para llenar algunos vacíos que tenía esta la elección invalida la designación de Núñez como principal de la ANH.

Por su parte, el anterior director, Juan Cordero Íñiguez, aseguró en su momento que todo el procedimiento fue legal y que no era posible acceder a la petición de Rodríguez Castelo y sus coidearios de recibir votaciones por medio de representantes de los académicos ausentes, en lugar de hacerlo vía telefónica o por correo, como establecía la norma. Ante la negativa para reconocer al nuevo presidente de alrededor de una docena de académicos partidarios de la tesis de Rodríguez Castelo, algunos de ellos, incluido este último, fueron sancionados con la suspensión de sus funciones académicas.

A inicios de diciembre pasado, el director en funciones dijo a este Diario que si los sancionados “reflexionan sobre sus errores, dejan de injuriarnos y apelan las sanciones, la Junta General vería con buenos ojos esas apelaciones y, en tal caso, yo apoyaría el levantamiento de las sanciones". Pero para Rodríguez Castelo, la única solución posible es que se vuelva a convocar a elecciones. 

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