Tal como lo hizo Jesús con sus apóstoles, ‘Pipo’, antes de morir, les hizo una petición a los 10 actores que formaban parte del elenco teatral de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol), a los que él dirigía. Lo hizo el 6 de octubre del 2008, dos días antes de su muerte a causa de un cáncer de colon. No les pidió que fundaran iglesias, sino grupos teatrales (uno cada uno) y que jamás -jamás, repitió- permitieran que el teatro en su natal Guayaquil desaparezca.
En parte, su pedido se cumplió. Gabriel Gallardo, uno de sus pupilos, abrió un grupo de teatro en la Universidad Politécnica Salesiana de Guayaquil. Lo llamó Katharsis. Benicio Fuentes, otro de sus alumnos, asumió la responsabilidad de llenar el enorme vacío que había dejado en la dirección del colectivo teatral de la Espol. Pocas semanas después de la muerte, el elenco pasó a llamarse Grupo de Teatro JMQ de la Espol, en homenaje a las iniciales de su gran maestro y fundador.
El resto de los alumnos de José Martínez Queirolo (Lissete Hidalgo, Cecilia González, Ángel Bayona, Andrea Cárdenas, entre otros) no formaron nuevos conjuntos, pero jamás se desvincularon de las tablas.
Ayer se realizó un nuevo homenaje al dramaturgo guayaquileño. Lo organizó el catedrático y guionista Cristian Cortez, en el Auditorio Simón Bolívar de Guayaquil (ex MAAC), en el centro de la ciudad. Las agrupaciones Kurombos, Katharsis, Retablillo, JMQ de la Espol y los independientes Montse Serra, Patricio Moreno y Arturo Morales estuvieron presentes. Cada uno preparó‘sketchs’ (escenas breves), de máximo 15 minutos, de obras escritas o adaptadas por ‘Pipo’.
También estuvo el quiteño Patricio Vallejo Aristizábal, director de Contraelviento Teatro, ofreció una conferencia sobre la dramaturgia de Martínez Queirolo.
Gabriel Gallardo, director de Katharsis, asegura que Pipo era muy poco amante de los homenajes. Cuando le pusieron su nombre al teatro de la Casa de la Cultura del Guayas, él me dijo que “prefería que le den un cheque antes que un homenaje”, recuerda Gallardo. Su agrupación se ha dedicado ha representar aquellas obras que ‘Pipo’ llamaba con cariño sus “hijas menores”.
“Los grupos guayaquileños se han preocupado por representar ‘La Casa del qué dirán’, ‘Montesco y su señora’, las clásicas. Nosotros hemos rescatado obras menos conocidas como ‘La solterona’, ‘La nodriza, ‘Los falsos milagros’”, añade Gallardo, quien tiene en sus manos una obra inédita que le confió‘Pipo’: ‘Los cuernos de mi teniente’. En los próximos meses su agrupación la estrenará.
Otro ex alumno, Benicio Fuentes, actual director del grupo JMQ de la Espol, asegura que el humor negro y la crítica social tan propios de la obra de ‘Pipo’ siempre está presente en los trabajos que realizó su grupo. “Él escribía para educar”, añade Fuentes.
Augusto Enríquez, director de Kurombos, dice que lo que más admiraba de ‘Pipo’ era el lenguaje que empleaba. “Era un contestatario social. Sus diálogos tenían una actitud muy crítica”, cuenta Enríquez, de 51 años de edad y formador de actores.
Para Cortez, en cambio, Martínez Queirolo es “un maestro de la farsa, de la fina ironía, del sarcasmo elegante”. Por ello, considera, el homenaje que organizó ayer se lo hizo como él hubiese querido que se lo haga: haciendo teatro.
Una nueva obra
Cuatro grupos teatrales y tres intérpretes independientes rindieron homenaje ayer por los 81 años del natalicio del dramaturgo guayaquileño.
‘Los falsos milagros’, es una obra inédita de ‘Pipo’ que la agrupación Katharsis estrenará en los próximos meses en la ciudad de Guayaquil.
Entre 10 y 15 minutos duraron los extractos de las obras de Martínez Queirolo que diferentes colectivos teatrales presentaron en el Auditorio Simón Bolívar de Guayaquil.
El grupo JMQ de la Espol presentó la obra ‘El caso de los poetas rimadores’ que fue la última obra teatral que el dramaturgo guayaquileño alcanzó a montar en vida.