En una sala del Centro Cultural Metropolitano Pedro Meyer, acompañado por sus amigos y familiares, recibió a este Diario, el miércoles pasado. Allí frente a una televisión que transmitía el partido de su natal España contra la selección de Alemania, el reconocido fotógrafo habló sobre su muestra ‘Herejías’ que se expone desde ayer en el sitio.
A los 11 años, Meyer ya sabía que quería ser fotógrafo. Retratar parte de las realidades de la vida era su fascinación. Aunque poco a poco, en el ejercicio de su trabajo, resolvió que con la fotografía podría llegar más allá.
Para él, una imagen puede representar muchas realidades “todo depende de la historia que uno desee contar a los espectadores”. Cada representación, como él mismo lo argumenta, no es una verdad exacta.
Así, el español naturalizado como mexicano, reflexiona acerca de los límites que hay entre la verdad, la ficción y la realidad. Pero su pensamiento también ha sido cuestionado por otros fotógrafos desde hace 20 años, tiempo en que la imagen empezó a digitalizarse.
La manipulación digital le valió la etiqueta de ‘hereje’ dentro de la fotografía documental. De allí nació precisamente, en el 2008, el nombre de su muestra que recorre, hasta la fecha, 60 museos alrededor del mundo.
Con ella quiere exhibir cuatro décadas de trabajo fotográfico, en el que retrató las imágenes de la política, la religión, las leyendas y los personajes.
Las salas I, II, III, IV del Centro Cultural, ubicado en la García Moreno y Espejo, se llenaron con 70 fotografías del artista que permanecerán hasta el 8 de agosto. La selección de las representaciones estuvieron en las manos de curadores mexicanos, pero la obra al Ecuador dependió de la Aduana Nacional, como Meyer cuenta bromeando.
Después de año y medio, llegó al espacio cultural un grupo de fotos, que según Meyer no es la obra completa. “Ellos pusieron parte de su selección, actuaron como un curador más”, dice entre risas el fotógrafo de 75 años.
No quiere demostrar nada con ellas más que lo que el espectador quiera ver. Meyer destaca que lo importante es la vinculación que cada una de las fotografías tenga con el público.
En la exposición, el espectador, que podrá ingresar libremente a las cuatro salas, se encontrará con muchas manifestaciones de la realidad. Los retratos hablan de la óptica con la que Meyer realizó su trabajo, pero también cuentan historias.
Para el artista, que actualmente residen en México, la fotografía es una forma viva de contar esas historias, de enmarcar las vivencias de la gente, sus creencias y su cultura.
No piensa quedarse mucho tiempo en el país. El 13 de julio dictará una conferencia sobre la Fotografía en el siglo XXI y después seguirá con su gira alrededor del mundo.
Título: El Santo del Paseo
Comentario: Dolores Ochoa
Profesión: Fotógrafa AP
Sobre la foto de Pedro Meyer El Santo del Paseo, más bien es un comentario personal. La primera vez que vi esta foto, yo prácticamente comenzaba con la fotografía. El discurso de que la fotografía es la mejor herramienta para plasmar la realidad era lo mío, así que cuando vi el trabajo de Pedro Meyer me permitió concebir que con la foto también se puede ir más allá de la realidad, se puede hacer magia. La manipulación digital comenzaba y el azul de la foto con el santo volando realmente me impactó y creo que el trabajo de Meyer, de buscar en la realidad la magia y en la magia la realidad, es un aporte no solo a mi vida sino a la de la fotografía en general.
Título: Todos Somos Palomas
Comentario: Simón Brauer
Profesión: Fotógrafo
Hablar de la obra de Pedro Meyer es hablar de realismo mágico en la era digital, de un mundo de interpretaciones fugaces, es hablar de la fotografía como ilusión, como sueño, como algo surreal, pero sobre todo como magia. Meyer construye escenas con destreza técnica, con un intervencionismo honesto y con mucho sentimiento, con mirar tan solo una de sus imágenes podemos imaginar mil historias distintas.
En Todos somos Palomas miro una escena construida con maestría, donde un poderoso contraluz ilumina la silueta de un hombre, una especie de héroe romántico, quien deja atrás su mundo para sumergirse en la sombra , un ser que contempla sorprendido a las aves rapases que vienen a llevarlo.
Título: Mixtecos en Misa
Comentario: Galo Paguay
Profesión: Fotoperiodista EL COMERCIO
La primera vez que observé ‘ Herejías’ lo hice en Internet. Hoy, al ver sus imágenes, me dan la sensación de cuadros de pintura, en los que puede apreciarse el detalle de cada elemento. En Mixtecos en Misa se observa un grupo de devotos sentados, delante de dos Cristos crucificados.
La intimidad y cotidianidad del momento es resaltada por el haz de luz, que ilumina a una de esas cruces y por el resplandor del sol que entra por la puerta. La luz del exterior permite apreciar un recorrido visual por las miradas que parecen perdidas por el cansancio. Probablemente acaban de llegar de una procesión. Cierto, o no, Meyer capta el momento y me envuelve en el silencio, el letargo y una sensación de eternidad.
‘Título: Viernes Santo
Comentario: Lorena Cordero
Profesión: Fotógrafa de estudio
Miro a la niña de la imagen Viernes Santo y no puedo dejar de mirarla. Sus ojos me traspasan, su expresión es sin duda intensamente conmovedora. Ingresar en esta imagen es un desafío, imagino a Pedro Meyer tras su cámara en medio del tumulto de un Viernes Santo, capturando momentos, disparando una y otra vez. De pronto se produce un punto de encuentro entre el fotógrafo y el sujeto.
Meyer dispara en el momento preciso capturando para la eternidad esta fracción de segundo. Entonces pienso en el significado del tiempo, esta mirada, esta acción es apenas una fracción de una vida; y ¿no están nuestras vidas llenas de fracciones como pequeñas piezas de un inmenso rompecabezas?