Gerardo Mosquera es jovial y sencillo. Habla despacio, como si estuviera ante uno de los tantos foros académicos en los que ha participado en Europa y América Latina. Por algo es uno de los curadores más destacados de Iberoamérica. Entre otras funciones, ha sido fundador de las bienales de La Habana y miembro del equipo de curadores de las tres primeras (1984, 1986 y 1989).Ha publicado varios libros de arte y dirigió el Departamento de Investigaciones del Centro Wifredo Lam de La Habana.
Ahora está en Quito para curar un proyecto lúdico, fascinante: Arte contemporáneo en patios de Quito. Reunirá a 10 artistas nacionales e internacionales. Ellos expresarán su arte en patios públicos, privados y conventos del Centro Histórico, en un diálogo íntimo, provocativo y original, en el cual el público participará para redescubrir el patio quiteño, un sitio de encuentro, tránsito, de evocación y memoria.
En Quito se escogieron 10 patios para el proyecto artístico, ¿cuál es el referente en otra ciudad?
El referente es Córdoba, España, donde se inauguró en octubre del año pasado. Se hizo arte contemporáneo en 16 patios de esa bella ciudad. Allí preparamos un documental y un catálogo.
¿Cuándo nació la idea de escoger a Quito?
Hace un año visité la ciudad y aquí surgió la idea, pues es una urbe rica y tiene patios extraordinarios. María Consuelo Tohme me invitó a llevar adelante el proyecto; ahora buscamos los fondos y preparamos una organización para llevar adelante un proyecto tan complejo como este. Queremos inaugurarlo el 4 de septiembre próximo.
Los patios de Córdoba tienen raíz árabe, el estilo mudéjar define su identidad, ¿acaso incidieron los juegos de la luz y el agua, el colorido de las flores y jardines?
Los patios escogidos eran monumentales, públicos y privados. Hay algunos palacios, museos, oficinas administrativas, que tienen patios estupendos. Todos siguen la tradición del patio cordobés: profusamente decorado con flores, plantas y antiguedades en un barroquismo muy particular, en el cual los dueños de casa los mantienen con orgullo siguiendo una gran tradición. En Córdoba, el proyecto se presentó el 22 de octubre del 2009. Los rasgos de la identidad árabe son muy vivos en Córdoba. Incluso invité a dos artistas árabes a participar.
A Quito también vendrá Mona Hatoum, una gran artista libanesa. Hay un hecho histórico clave: el patio se origina en Mesopotamia y se desarrolla mucho en la Roma antigua (el atrio de las viviendas) y, claro, en Grecia, y en el mundo árabe, donde adquiere su gran esplendor. Al producirse la reconquista de España de las tierras del sur (Al Andalus), ocupadas por los árabes, queda la herencia del patio, un espacio de iluminación, ventilación y tránsito para los edificios, también porque los alarifes, constructores árabes, vinieron a América. Por eso se ve la huella mudéjar en la arquitectura colonial quiteña.
En Quito, los patios no son tan engalanados, ¿en qué reside su encanto?
Así es. Pero si consideramos que el Centro Histórico de Quito fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad aquí hay espacios fascinantes, fantásticos, de hondo contenido histórico y múltiples sorpresas para los visitantes. Son sitios monumentales extraordinarios.
¿Por qué se seleccionaron patios solo en el casco colonial?
La idea es tramar y señalizar un recorrido claro y viable para los visitantes. Este recorrido permitirá a la gente disfrutar y apropiarse del encantador ámbito urbano donde están los patios quiteños.
Por el momento hemos seleccionados algunos patios, los cuales son interesantes por estética, condiciones históricas y arquitectónicas, pero también por la manera que pueden servirles de base para que los artistas trabajen.
Es decir, la selección no ocurrió por un concurso de espacios.
No. Se trata de que tengan las características mencionadas y que se acoplen a la poética de cada artista, por cierto, todos renombrados por su magnífica obra.
Si el patio no se presenta como una sala de exposición para determinado artista, ¿cuál será la función en el proyecto?
Pretendemos que el artista intervenga en el patio y el resultado sea una situación mediante productos del diálogo que se establezca entre la intervención que lleva a cabo el artista y el propio patio, con su personalidad, su carácter, sus contenidos culturales, estéticos, con su alma.
El diálogo artista-patio será estético y mágico.
Ese es el sentido. Ni las obras se impondrán a los patios ni estos a aquellas. El objetivo es construir un balance, una conversación mutua y enriquecedora entre arte contemporáneo y patios.
Pero el diálogo será complejo y para cada artista el reto es enorme.
Es un intercambio complejo. Es importante señalar que los espacios no se utilizarán solo como lugares de exhibición, sino como componentes activos sobre los cuales reaccionarán los artistas.
Ellos son su experiencia, sensibilidad y talento, intervendrán e integrarán sus obras en aquellos ámbitos bellos, enigmáticos.
¿Las intervenciones de los artistas serán pequeñas, grandes, medianas?
Pueden resultar mayores o mínimas, según el caso; sin embargo, siempre perseguirán este diálogo creador de sentido.
Los artistas (hay escultores, una pintora -Magdalena Atria, otros trabajan en video) explorarán relaciones entre tradición y contemporaneidad. Y asumirán el desafío de comunicarse con un público amplio sin menoscabo de su interés y complejidad artísticos. Este aspecto es esencial porque una parte de la muestra se realizará en espacios públicos.
¿El público gana? Volverá a los patios y tendrá a la mano obras de primera categoría.
Sí, habrá dos exposiciones en una. Es otro motivo para enfatizar el diálogo arte-patio. Proponemos la oferta doble que se hace al visitante para evitar que un aspecto se destaque sobre el otro. Las obras serán específicas para el lugar escogido.
¿Qué significado íntimo tiene para usted un patio?
Es como un cielo propio. Un pequeño y fantástico cosmos particular. El patio se expresa, tiene vida propia.
¿Cuánto durará la muestra?
Alrededor de un mes.
Cuenca tiene bellos patios, ¿han pensado ir allá?
No sé. Es un proyecto complejo. La instalación de las obras será como otra exterioridad bienvenida en el ámbito abierto del patio.
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