El Patio de Comedias inició los teatros en casa

Juana Guarderas en el escenario. La actriz ha administrado el Patio de Comedias desde 1990. También es parte de su elenco.

Juana Guarderas en el escenario. La actriz ha administrado el Patio de Comedias desde 1990. También es parte de su elenco.

Un teatro en casa (no la gran pantalla de TV y el potente equipo de sonido, si no en el sentido literal) surgió, como un sueño romántico, en las mentes de Raúl Guarderas y de su esposa, María del Carmen Albuja.

Transcurría la década del 70 y los Guarderas Albuja, radicados en los campos de Machachi, añoraban la interpretación de personajes sobre escenarios. Una vivencia que, años antes, experimentaron en Quito, junto al Teatro Independiente del dramaturgo ecuatoriano Paco Tobar.La oportunidad se les dio cuando María del Carmen heredó la casona solariega de su familia, ubicada en la calle 18 de Septiembre. Con toda la familia trasladada a esa residencia, el sueño empezó a cobrar forma. Las primeras representaciones se hacían entre y para amigos, en la sala de la casa.

Tras las obras quedaba la tertulia y en ella surgió una idea... En el patio trasero de la casa había una bodega para guardar el grano que luego se comercializaba en la ciudad; allí, manteniendo la estructura básica, se construiría un teatro. En 1980 nació el Patio de Comedias.

Todo ello lo recuerda la actriz Juana Guarderas, hija de Raúl y María del Carmen, y quien ha administrado la sala durante los últimos 20 años. A ella no se le escapa de la memoria la interrelación casa-teatro.

“Éramos niños y el teatro estaba metido en la cotidianidad de la vida familiar. Algunos de los cinco hermanos decían: ‘¡Noooo! Ya llegan los teatreros...’ Nuestros cuartos se convertían en camerinos, los vestuarios estaban por doquier y todas nuestras anécdotas eran una mezcla de ficción y realidad”, dice.

Con ‘Los ojos vacíos de la gente’, de Paco Tobar, se pensó inaugurar el Patio de Comedias, pero la muerte de la actriz Rosario Mera interrumpió ese proceso y produjo el decaimiento anímico del resto del elenco.

Una vez repuestos los actores, incluidos los dueños de casa, se puso en escena ‘Representando a Karim’, de Arieh Chen. Con ella, en agosto de 1980, la sala quedó abierta. De esa época se recuerda el montaje de ‘Recetas para viajar’, del ecuatoriano Francisco Aguirre Guarderas. Y obras como ‘Querido Mentiroso’, de Jerome Kilty o ‘El canto del cisne’, de Antón Chéjov.

Los integrantes del elenco fueron variando o se renovaron con intérpretes que surgieron del mismo Patio de Comedias.

Ese fue el caso de Martha Ormaza, María Beatriz Vergara y la misma Juana Guarderas. “Tengo un recuerdo muy cálido. Marcó un inicio importante, pues me abrió las puertas del teatro desde la afectividad, lo lúdico, lo festivo, lo familiar... El espacio creativo se salía de los límites del escenario, era nuestro código de comunicación”, explica Vergara.

Cuando Juana se hizo cargo del espacio, en 1990, se propuso un objetivo: la continuidad. Así se planteó la necesidad de transformar un funcionamiento “doméstico”, en una empresa. Ahora son un corporación cultural.

En su historia se cuentan obras como ‘La Marujita se ha muerto con leucemia’, de Luis Miguel Campos, pieza que en el 2010 cumple 20 años de funciones; ‘Kito kon k’, de Peky Andino, reestrenada hace poco; y otras dramaturgias internacionales como ‘Dios’, de Woody Allen o ‘Los monólogos de la vagina’, de Eve Ensler.

Sin embargo, y a la par de los nuevos proyectos, Juana Guarderas reconoce la importancia y las dificultades de mantener una sala con gestión independiente. Todos sus ingresos provienen de la taquilla, pero no sobran los presupuestos, por ello considera que estos espacios deben ser incentivados y apoyados por políticas culturales. Eso -dice- permitiría mantener al movimiento cultural y dar un mejor servicio al público y a los artistas.

En respuesta a la escasez de espacios, otros gestores (ver recuadros) han seguido los pasos del Patio de Comedias, el teatro que alguna vez fue un granero.

DE LA GUABA

Tras siete años de actividad, el espacio del Teatro de la Guaba, en La Magdalena (sur de Quito), cerró sus puertas en el 2006. Su gestor, el actor y director Patricio Guzmán, se mantiene al frente del posicionado Festival del Sur.

KOMUNITARIO

Es un Centro Cultural en la casa del teatrista Bolívar Bautista, en Chilibulo (sur de Quito). Con proyecciones de cine y títeres los viernes, pretende ser un sitio de encuentro de niños, jóvenes y adultos. Se abrió hace dos meses.

EN CASA

En la sala de la casa de la Benalcázar N8 27, entre Esmeraldas y Manabí, en el Centro HIstórico, se colocan 12 sillas, se apagan las luces y arranca la función. Pablo Tatés y Diana Borja están al frente de este proyecto alternativo.

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