Rubino Romeo Salmoni, uno de los últimos judíos romanos que sobrevivieron al holocausto nazi y que aún vivía, falleció el sábado en Roma a los 91 años. Su experiencia le sirvió al director de cine Roberto Benigni para su película ‘La vida es bella’.
Romeo Salmoni (Roma, 1920) llegó a Auschwitz en abril de 1944, después de haber sido detenido por la Policía fascista de Roma y pasar por el campo de concentración de Fossoli, al norte de Italia. Allí comenzó lo que él definía como “el largo camino hacia la muerte”, del que consiguió zafarse.
En agosto de 1945 regresó a Roma, donde se reunió con sus padres pero no con sus hermanos Angelo y Davide, asesinados por los nazis.
Su historia fue contada en varias ocasiones, la más reciente, en el libro Derroté a Hitler. Su testimonio sacó a la luz la realidad de los campos de concentración nazis y el trato al que fueron sometidos los judíos por parte del régimen de Hitler.
Benigni, el director de cine, lo aprovechó para elaborar el guión de ‘La vida es bella’, que narra la historia de un judío italiano que es deportado a un campo de concentración junto con su hijo.