El mundo despidió al poeta Tomás Segovia

Tomás Segovia

Tomás Segovia

Tomás Segovia llegó a México de niño con su familia, después de que la Guerra Civil los alejara de su España natal. Y, tras pasar siete décadas con un pie en cada orilla, el poeta se despidió de la vida, a los 84 años, en el país que lo adoptó.

“Yo no pertenezco ni a un país ni a otro, ni a ningún grupo, generación, corriente literaria ni nada parecido. Esto no lo he buscado, simplemente creo que así fue mi destino”, decía Segovia, poeta, narrador, ensayista, traductor de francés, crítico, dramaturgo, profesor universitario y una de las figuras del exilio español que marcaron la vida cultural de Latinoamérica.

A México llegó en 1940. Allí fue alumno de la UNAM y entabló amistad con Luis Cernuda y Octavio Paz. “Escribir es mi manera de tratar de poner las cosas claras con la vida”, apuntaba.

Y con ese propósito creó obras como ‘La luz provisional’ (1950), ‘El sol y su eco’ (1960), ‘Anagnórisis’ (1967), ‘Cantata a solas’ (1985), ‘Casa del nómada’ (1994) y la novela ‘Cartas de un jubilado’ (2010).

“Una novela sin ironía es aburridísima y se cae de las manos”, señaló sobre el género. El poeta recibió el Premio Juan Rulfo y el Xavier Villaurrutia, entre otros.

Hace apenas tres semanas había recitado poesía en el Palacio Nacional de Bellas Artes, con el escritor argentino Juan Gelman. Y al cerrar su libro dijo con voz ronca: “Dulcemente, debemos aceptar la vida” .

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