Una verdad mejor

Juan Fernando Andrade. Es narrador y cronista. En el 2010 publicó ‘Hablas demasiado’ (Alfaguara). También es músico.

En un rincón del quirófano, mientras a uno de sus personajes le restan varios dedos del pie izquierdo, el cronista colombiano Alberto Salcedo Ramos se pregunta: ¿qué somos, a fin de cuentas? Su trabajo periodístico nace después del signo de interrogación y crece en la búsqueda salvaje de una respuesta imposible. Él, sin embargo, sabe algo que nosotros no.

Para quienes lo seguimos en calidad de fans, lo mismo con asombro que con envidia, la publicación de ‘La eterna parranda’ es, en efecto, motivo de celebración y descontrol: leer hasta perderlo todo. Cuatrocientas páginas de crónicas y testimonios, compuestos con un nivel de investigación y detalle dignos del FBI.

En ‘El testamento del viejo Mile’, lo más cercano que existe a una biografía del compositor de La gota fría, por ejemplo, dice: Zuleta se limitó a decirle buenos días, con una voz quebrada por la emoción. El otro ni siquiera se dignó en contestarle. Y Zuleta tuvo ganas de correr para fugarse de una vez por todas de aquella geografía desconsiderada que lo hacía sentir insignificante. En La víctima del paseo, en cambio, el protagonista es el propio escritor, que acaba de salvarse de un secuestro exprés a la colombiana: parado en aquella calle solitaria, infeliz y acalambrado, sabía muy bien que aún no era prudente cantar victoria. Lloré otra vez. No se me ocurrió mirar a la luna. Y pensé que en este país estamos tan jodidos que al final el único recurso que nos queda es darles las gracias a los canallas.

Salcedo Ramos pregunta sin miedo y escribe con gusto hasta cuando le duele. Reescribe, mejor dicho. Los rumores llegan a sus oídos como recuerdos vagabundos y salen de sus manos transformados en los mejores pedazos de la verdad. En su poder, porque se trata de un escritor power, la crónica revienta.

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