’Geometría Moral’ es el último texto del escritor guayaquileño Luis Carlos Mussó. En este propone un diálogo con la tradición literaria ecuatoriana.
Su último libro está subdividido en cuatro capítulos, una construcción compleja. ¿Se necesita un manual para leer ‘Geometría Moral’?
No. Creo que el lector puede dejarse llevar por cada sección del libro. Los poemas funcionan como universos autónomos. No se necesita abrir una serie de cajas chinas, de esas que abres y encuentras una caja y otra caja y otra. Ese no es el nivel de complejidad del libro. Este apela no solo al intelecto, sino a lecturas anteriores, y a los sentimientos.
¿Con esta propuesta usted pretende alejar o acercar al lector a su obra?En realidad como en toda disciplina tiene su nivel de dificultad. La física cuántica no es sencilla, la poesía tampoco. Si bajamos el nivel estamos siendo facilistas y haciendo concesiones. Se trata de mantener un nivel para que también haga falta un tanto de labor por parte del lector, para que se complete el acto de comunicación que es el poema.
En ocasiones se burla del lector, como en el poema Más allá de las cifras. ¿Es algo intencional para alejar al lector fácil?
En realidad no es que estoy diciendo que sea una poesía multimedia; en esas líneas de ceros y unos hay un mensaje. El que sabe decodificar código binario puede leerlo. Depende del acto de voluntad del lector. Hay una lucha constante en hacia quién se desea hacer llegar el texto. Ahí entramos a la línea que a todos nos molesta, pero que es el arte aristocrático. Más bien se adiestra el gusto estético de la gente.
¿Qué reflexión quiere provocar en el lector?Tarde o temprano esperamos que evolucione el gusto estético de la gente. Un texto que fue poético hace 200 años puede que siga siendo poético hoy. Pero escribir de esa forma ya no encajaría con el tiempo actual. Cada tiempo requiere su forma de escritura. Y es necesario otra forma de escribir, estamos en el siglo XXI con toda una carga de datos, de un código alfanumérico.
¿Dividió el libro en cuatro partes en referencia al cuadrado o porque son cuatro los autores ecuatorianos que más le interesan?
Es un fragmento de mi mitología particular en cuanto a autores, como Medardo Ángel Silva o Paco Tobar. Pero sí tiene que ver con la figura. Algunos verán un cuadrado o un cubo. Siempre se trata de jugar en este que es el más serio de todos: la poesía.
¿La inclusión de Javier Ponce es un guiño que le hace al actual Gobierno?
No, para nada. Uno de los peores signos de interrogación que me han surgido está relacionado con tratar de digerir la idea de que Javier Ponce esté en una función burocrática de esa índole. Lo he leído desde mucho antes de que pensáramos que estaría en un Gobierno. Sin o con ministerio es una de las grandes voces líricas de este país.
¿En qué se diferencia este libro de su obra anterior?
En el registro. En uno tenía el verso minimalista, en otro la prosa. Además que ‘Geometría…’ tiene una temática diferente, propone un diálogo con la tradición clásica y nuestras letras.
¿Qué es para usted tradición poética?Hablo de nuestros antecesores en escritura tanto de nuestro país como de Latinoamérica. Tenemos en Ecuador figuras descollantes como Montalvo, pero parece que faltaría una cohesión en esta tradición. Hay epígrafes, guiños de ojo, puentes que se establecen con otras voces líricas. Eso es tradición. Tener un pie ahí y otro en la novedad.
El título es una referencia a Juan Montalvo. ¿Por qué escogió a este autor?
Justo encaja en este diálogo con la tradición. Montalvo es alguien que ya tenía otra mirada de la escritura, que es tomar posición política. Además, tiene una especie de mirada hacia la profesionalización del autor.
En algunos versos dialoga con el lector. ¿Eso viene del concepto del libro?
Todo texto que escribo trato de que entre en diálogo con el lector. Con uno mismo, con esos padres literarios. Es justamente uno de los puentes que se construyen en el libro.
Números, películas, versos en mayúsculas. ¿Cada capítulo un experimento?
Sí tienen diferencias y enfoques distintos. El título de cada sección es como unas bisagras, que se abren y se cierran. Son casi cuatro libros en uno.
¿Quién es Massai y por qué le dedica el libro?
Massai es mi padre. A él le dediqué también ‘Minimal Histeria’. Fue quien me empujó al mundo de los libros. Por su culpa es que yo escribo. Me regaló textos, como ‘La Iliada’, luego me dio novelas rusas, francesas y de ahí nos fuimos de largo.
¿Por qué incluye la figura del ‘pi’ en este libro?
Es buscar una metáfora, un teorema que encaje, y de cohesión y espíritu lineal a todo el conjunto de la obra. Es un número que tiene a través de sus decimales una carga infinitesimal. Es en parte un buen número para describir a la poesía.
Hay muchas referencias a la cultura pop…
La cultura pop es una especie de paradoja. Es tratar de configurar una especie de conexión entre la alta cultura y la popular. Esta forma de expresión que ha sido invisibilizada. En el libro hay cómic, cine de aventuras, etc.