La irrupción en la novela de Marcelo Ferroni (Sao Paulo, 1974) resulta más que una provocación. Su libro ‘Método práctico de la guerrilla’, reconocido en el 2011 con el premio Sao Paulo en la categoría de autor revelación, hace una radiografía del lado oscuro de Ernesto Che Guevara, uno de los personajes más emblemáticos y controversiales del siglo XX.
El escritor y periodista brasileño ha hurgado a fondo a lo largo de casi seis años en los diarios, los informes y las declaraciones que se refieren a la última fase de la vida del revolucionario argentino. En particular, se centra en el fracaso del rosarino en el empeño de abrir un foco guerrillero en Bolivia, que finalmente deriva en su ejecución, en La Higuera, el 9 de octubre de 1967 y en el nacimiento de una leyenda, de la cual solo se ha mostrado un lado de la medalla.
La versión en español del volumen, una publicación de la editorial Alfaguara, se incluyó entre las novedades de la reciente Feria Internacional del Libro de Bogotá.
En la presentación, el también editor de la revista literaria Granta en portugués aclara que “no pretende derrumbar el mito del Che”. Al contrario -explica- intenta mostrar al ícono de la revolución mundial como “el ser humano que fue”, con sus bondades y miserias, en claro contraste con “la especie de Cristo o la mezcla de santo y líder de autoayuda que se ha hecho de él y que a menudo se lo confunde con Bob Marley”.
La provocación, aderezada con pizcas de ironía, empieza desde el título y la portada. En esta, sobre un fondo rojo aparece difuminado el rostro del hombre que se graduó de médico, pero que en realidad no ejerció nunca. Y se riega a lo largo de 231 páginas e incluso en la contratapa.
El nombre del libro, así lo reconoce el autor, contiene una dosis de causticidad. Se llama así porque también intenta trazar un contrapunto con ‘La guerra de guerrillas’, una de las obras ahora carcomidas por el olvido y que el legendario rebelde dejó en herencia. La novela, que va en la línea del thriller, en efecto, machaca sobre un hecho que aparece irrefutable: durante su aciaga campaña en la agreste geografía de Bolivia, el Che no tomó en cuenta el manual que escribió y que recoge las tácticas y estrategias utilizadas por la guerrilla cubana en la Sierra Maestra.
La ironía y la provocación se cuelan por la portada y reaparecen de inmediato en las dedicatorias y en el prólogo. En la página previa a este, se lee una cita sacada de ‘Nocturno de Chile’, del chileno Roberto Bolaño: “Pero la historia, la verdadera historia, sólo yo la conozco. Y es simple y cruel y verdadera y nos debería hacer reír, nos debería matar de risa”.
En el prólogo, con el mismo tono mordaz, hay dos referencias agudas sobre el revolucionario, luego de que este se convirtiera en comandante. “En esa época se habló mucho de su parecido con Cantinflas”, dice una. Y la otra está igualmente adornada con sarcasmo: “(El Che) aseguró que podía liderar un movimiento de guerrilla en el continente africano a pesar de que (Gamal Abdel) Nasser desde Egipto intentara disuadirlo de querer hacer de Tarzán entre los negros”.
En su libro, Ferroni, además, desmenuza los motivos del descalabro en Bolivia del argentino, que antes de empezar la campaña ya definió a los combatientes que tomarían parte en la operación como “un hatajo de cagones”. Y a renglón seguido añade: “Él fue una figura rica, compleja y autoritaria, con ideales muy fuertes y capaz de ser un héroe en el momento menos pensado. Pero no pudo comprender la geopolítica de Bolivia”. Es decir, tropezó con las mismas dificultades que halló en el Congo otro de sus empeños, que terminó cayendo en el abismo de la derrota y de la nada.
‘Método práctico de la guerrilla’ igualmente se nutre de los testimonios de primera mano que diera Joao Batista, el alias usado por el único brasileño que integró la columna al mando del Che. El joven describe las peripecias que vivió en Bolivia la célula rebelde integrada por algunos de los combatientes cubanos que participaron en la fallida campaña en el Congo, campesinos bolivianos y también aventureros como el propio Batista. Así se evidencia de alguna manera que no todos estaban preparados para librar una guerra de guerrillas.
Y como si no faltaran las puyas que tienen como blanco al revolucionario argentino, tres pasajes se refieren a las carencias en higiene que exhibía el hombre al que sus amigos motejaron como ‘Chancho’. El más explícito detalla así un encuentro del Che con niños campesinos: “Como siempre, lleva las botas desatadas hasta la mitad. Está fumando un puro, con las criaturas sentadas sobre sus piernas. Poco amigo de bañarse (como es sabido), seguramente desprende un terrible olor a ácido”.
La provocación y las dosis de ironía que utiliza Ferroni tampoco escapan de la contraportada. En esta se lee el extracto de un comentario de Braulio Tavares, del Jornal da Paraíba: “Si la juventud de algún país empieza a tener sueños guerrilleros, basta que el gobierno distribuya miles de ejemplares de este libro para disuadirlos”.
HOJA DE VIDA
Marcelo Ferroni
Nació en Sao Paulo hace 37 años y vive en Río de Janeiro. Es el editor de la versión en portugués de la revista literaria Granta. Trabajó para Folha de Sao Paulo y para las revistas Galileu e IstoÉ.
‘Método práctico de la guerrilla’ es su primera novela; galardonada en el 2011 con el Premio Sao Paulo al Mejor libro del año de un autor revelación.