El grupo Danza abierta de Cuba llegó al tablado del teatro Chusig en Manta. Lo hizo para contar, a través de los movimientos corporales de sus cinco bailarines, la cotidianidad de los residentes de La Habana.Fue el miércoles por la noche. Marilin Castillo (premio a la mejor bailarina de Cuba) Sara Silva, Jaima Cruz, Abel Perenguel y Jhon Matos parecían deambular en el escenario. La musicalización pop de X-Alfonso (recordado por su trabajo en la película ‘Habana Blus’) permitía a los bailarines interactuar. Sus movimientos llenos de agilidad por momentos se frenaban hasta lograr perfectas simetrías similares a las de un robot.
Dos elementos básicos se veían en escena: un rectángulo forrado con cuerina gris y la proyección de videos de las calles de La Habana y su malecón. Estos copaban la atención de los asistentes, un 80% estudiantes secundarios de la ciudad.
A ratos las imágenes que dibujan los cuerpos de los danzarines se asemejan a las aves marinas que planean por el malecón de La Habana. Marilin, en una fracción de la obra ‘Malson’, no solo baila, también actúa, deja escapar de su boca sonidos similares a los de un disco rayado. Ello permitió que Abel pueda jugar con los cuerpos casi rígidos de sus compañeros.
Danza abierta trabaja en vivo con los movimientos proyectados en video. Fabián Mendoza, uno de los 300 asistentes en la primera velada, nunca vio un espectáculo de danza con la ayuda de imágenes en video. “Me sorprendió la exactitud de los bailarines cuando parecían fusionarse con sus yo, pues en los videos ellos eran los protagonistas, estaban en vivo y también en las tomas. ¡Fue fabuloso!”.
El rectángulo fue utilizado a manera de un taxi, sin duda uno de los elementos a través de los cuales se puede conocer La Habana, es uno de esos automotores de los años sesenta.
Gabriela García Reyes, directora del grupo Ceiba danza, organizadores del 11º Festival Internacional de Danza, dijo que el reto ahora es formar un nuevo público. “Tenemos el público para el festival de teatro, la danza empieza a despuntar, prueba de ello son los grupos que se han formado como Montedearte”.
Bailarines de Colombia, México, Francia y Ecuador se juntan a los cubanos para mostrar su arte a través de la elasticidad de los cuerpos, comenta Gabriela.
En los nueve días del festival, la maestra de danza, Laura Papa de Argentina, impartirá un taller sobre el desmontaje de las ocho obras. Será en las sala del Mac-Cine del puerto manabita. La idea es analizar cada trabajo para sacar conclusiones y luego realizar los correctivos para montajes futuros.