Personaje eminente y único de la historia universal, Jesucristo es fuente seductora para la literatura. Una serie de autores contemporáneos han dado interpretación personal a la vida de Jesús.
fakeFCKRemovePara ello han tomado en cuenta la simbología que rodea al personaje y su contexto socio histórico, pero más que nada su naturaleza humana; aquella que da rienda suelta a conjeturas (como lo hiciera el best seller de Dan Brown, ‘El código DaVinci’, y antes de éste ‘La santa sangre y el santo grial’, de Michael Baigent, Richard Leigh y Henry Lincoln).
Ya el español Antonio Machado hace que su voz poética tome una saeta popular gitana para cantarle no al Jesús del madero, sino al que anduvo en la mar. Como él, varios autores buscan mostrar un Cristo más hombre y menos ícono de fe.
Estas obras no siempre son bien recibidas por la Iglesia y han sido causa de polémica y enfrentamiento por la reconstrucción de un personaje que no empata con las visiones dogmáticas de la religión. Incluso algunos autores han sido calificados de neopaganos, o llevados al exilio por la censura.
Este fue el caso del Nobel portugués José Saramago, quien salió de Portugal por las discusiones y prohibiciones que levantó ‘El Evangelio según Jesucristo’. Así como esta novela hay otra que toma la voz propia de Jesús para relatar su vida, es ‘El evangelio según el hijo’, del estadounidense Norman Mailer.
Los ejemplos de literatura alrededor de Cristo provienen de diferentes latitudes. Del italiano Giovanni Papini está ‘La historia de Cristo’. Del inglés Robert Graves se cuenta la novela histórica ‘Rey Jesús’, donde Jesús es presentado como hijo clandestino de Herodes Antípater. Del griego Nikos Kazantzakis son los títulos ‘Cristo de nuevo crucificado’ y ‘La última tentación de Cristo’.
Esta última llevada al cine por Martin Scorsese; así como lo hiciera Franco Zefirelli con ‘El hombre de Nazareth’, de Anthony Burgess, o George Stevens con ‘La historia más grande jamás contada’, de Fulton Oursler.
Uno de los pasajes más recordados de ‘Los Hermanos Karamazov’, de Dostoievski, es aquel del Gran Inquisidor, que muestra un Cristo cuestionado, en su segunda venida, por haber dado el libre albedrío al ser humano.Mientras que la ciencia ficción de J.J. Benítez mezcla viajes a través del tiempo con la vida y muerte de Jesús, en su saga ‘Caballo de Troya’.
‘El maestro y Margarita’, de Mijaíl Bulgákov, hace de Jerusalén uno de los escenarios del relato; además la obra incinerada por el maestro versa sobre el encuentro entre Pilato y Jesús.
Entre los textos de teatro que giran en torno a la vida de Cristo se pueden mencionar, el ‘Misterio bufo’, de Dario Fo, o el único acto de ‘Las palabras en la arena’, de Antonio Buero Vallejo.
Otros autores, por su parte, han indagado en personajes mesiánicos reales e influyentes en la cultura popular. Tal es el caso del brasileño Antônio Conselheiro, de ‘La guerra del fin del mundo’, de Vargas Llosa; o el del chileno Domingo Zárate Vega, figura de ‘Los sermones y prédicas del Cristo de Elqui’, de Nicanor Parra; el y protagonista de ‘El arte de la resurrección’, novela que le valió a su autor, Hernán Rivera Letelier, el Premio Alfaguara 2010.
En las letras ecuatorianas, algunas poesías coloniales le cantan a Jesús, como los textos de Jacinto de Evia. Mientras que en el siglo XX, con una perspectiva irónica hacia la política y la sociedad ecuatoriana durante el cuarto velasquismo, Iván Éguez hace que la imagen de un Cristo sea el narrador de ‘El poder del gran Señor’.