Julia Navarro: ‘No escribo novelas históricas’

Las obras literarias pueden conmover, provocar, desencadenar acciones… Así son las novelas de la escritora y periodista española Julia Navarro. Eso quedó demostrado en un conversatorio realizado en Mr. Books del centro comercial Village Plaza (vía a Samborondón), hoy, 28 de febrero, en el que participó la autora.

El público presente era sobre todo femenino, al igual que la mayor parte de sus lectores. Pero entre ellas, uno de los pocos hombres que se encontraban presentes, agradeció a Julia porque su novela ‘Dime quién soy’ lo llevó a investigar sobre su pasado. El personaje de Guillermo lo inspiró a indagar sobre sus antecesores, provenientes de Serbia.

“Solo por eso, mi novela ya ha valido la pena”, le respondió la autora que se autodefine como vitalista, ya que dice vivir apasionadamente.

En el diálogo, dirigido por la crítica literaria Cecilia Ansaldo, la española habló también sobre su más reciente obra ‘Dispara, yo ya estoy muerto’, que declaró, ha sido la novela que más le ha costado escribir. La narración toma lugar desde el siglo XIX hasta mediados del XX, en ciudades como San Petersburgo, París y Jerusalén.

Por esto, la literatura de Navarro ha sido catalogada dentro de la novela histórica. Sin embargo, aseguró que ella no se enmarca en ese género. Dijo, en cambio, escribir ficciones en las que se da una pincelada de distintas épocas históricas.

Usa estos escenarios ya que son lugares en los que realmente ha estado. Escribe de lo que conoce. Gracias a su carrera periodística, Navarro visitó frecuentemente distintos lugares del mundo, sobre todo el Oriente Medio. Esto le ha servido de recurso para su obra.

Navarro es además defensora de la lectura. La escritora dijo que la literatura permite imaginar y que crea una comunión entre el autor y cada uno de los lectores. Es distinta a los medios audiovisuales -señaló- ya que, en las películas, por ejemplo, “alguien ha imaginado por ti; ha elegido los rostros de los personajes por ti”.

Entre otras cosas, Navarro confesó que su esposo es su lector de referencia. Él, un periodista y docente universitario en España, es quien lee sus novelas antes de ser publicadas. Antes, incluso, de ser enviadas a la editorial. Se debe a la confianza y respeto intelectual que se guardan mutuamente. “Si él me dijera que algún escrito mío no debe ser publicado, no lo publico”.

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