Instagram y la nueva esfera visual

Perros,  de Koci Hernández.    Usuario @koci

Perros, de Koci Hernández. Usuario @koci

El teléfono móvil es quizá el objeto o artefacto que más ha cambiado la vida de los seres humanos.

En agosto, la revista Time publicó una edición entera dedicada al fenómeno que significa el teléfono móvil en la vida de los humanos y llegó a decir que ningún objeto en toda la historia de la humanidad ha terminado ligándose tan estrechamente a la vida de la gente.

Ni siquiera la roca o el dinero. Nadie despierta y extiende su brazo para contar dinero cada mañana, como lo hace con el teléfono, decía uno de los artículos de Time. Nunca, un objeto ha terminado adaptándose tanto a la geografía del cuerpo humano como el móvil.

Esta relación tan íntima no podía dejar de influir en ciertos aspectos del comportamiento humano. Como su interacción con la realidad, por ejemplo, y por ende con la cultura. Y aquí es donde entra Instagram, y todo su efecto en la relación de las personas con la fotografía y en general con la esfera de lo visual, porque ha colocado a la fotografía al alcance de quien tiene un teléfono inteligente.

Desde que apareció esta aplicación, diseñada inicialmente para el iPhone y luego extendida para los Android, la relación de millones de personas con la fotografía ha cambiado sustantivamente.

La fotografía se ha convertido, gracias a este prodigio ideado por dos estudiantes de Stanford, Kevin Systrom y Mike Krieger, en un recurso al alcance de la mano, que permite no solo retratar la realidad con la que el usuario se encuentra en su día a día, sino de imprimirle un cierto estado de ánimo o una emoción.

Instagram es, a fin de cuentas, tan solo un mecanismo para tomar una foto y pasarla por determinados filtros que alteran lo que ha sido fotografiado para luego compartirla. Y es precisamente por el hecho de esa ‘compartibilidad’, que el Instagram ha terminado siendo un fenómeno global.

Hace poco, el monstruo de las redes sociales, Facebook, compró Instagram por USD 1 000 millones, una cifra que podría ser determinante en el presupuesto de un país como el Ecuador.

Cuando el New York Times entrevistó a Clifford Nass, el emblemático profesor de computación de la también emblemática Universidad de Stanford, sobre el trabajo de sus dos alumnos, dijo algo fundamental para entender el fenómeno: “Instagram no es un triunfo de la tecnología. Es un triunfo del diseño y de la psicología”.

Om Malik, uno de los grandes y más lúcidos gurús de la era digital, sostiene que al crearse Instagram se creó una plataforma de emociones. “No solo es que se pueden manipular fotos con lindos filtros. Instagram y la fotografía móvil en general representan el azar (‘serendipity’ es la palabra inglesa que usó y que no tiene traducción fiel al castellano) de tomar fotos al paso y luego publicar esos pequeños poemas visuales”, sostiene Malik, quien recuerda que no solo se trata de filtros ya que muchos usuarios la utilizan sin ellos y utilizando el ‘hashtag’ #nofilter recuerdan que la vida puede ser así de hermosa también.

Pero, ¿es acaso Instagram la muerte de la fotografía ‘seria’? De ninguna forma. En el blog Lens, del New York Times, se decía hace muy poco que el florecimiento de millones de personas que piensan más visualmente gracias a esta red social está generando una audiencia gigantesca, abierta a exponerse más a la fotografía.

La joven fotógrafa, tuitera e instagramera Nessa Terán piensa que “mucha gente se indigna por la ‘prostitución’ de la fotografía a través de Instagram, pero creo que una vez más, se trata del ojo que está detrás y no del artefacto en sí. Si eres creativo y tienes un poder agudo de observación, tus fotos serán geniales en Instagram o en una cámara pro”. Agrega que usa la aplicación “porque es divertido; y para retratar mi cotidianidad o cosas que me llaman la atención en el día a día”.

El usuario Gabriel Sama, experto en periodismo y comunicación digital -sostiene- desde el Silicon Valley: “Instagram me ha forzado a ver el mundo de forma diferente. Desde que lo uso me detengo mucho más a buscar el tipo de imágenes que corresponden con la estética muy particular que gusta y acepta la comunidad que utiliza esta herramienta”.

Bueno o malo para el arte y la fotografía, lo cierto es que el efecto Instagram está ocurriendo día a día. Y que son millones los que lo usan.

Muestra en EL COMERCIO

La irrupción de Instagram ha influido mucho en la conducta visual de quienes trabajan en medios. Y EL COMERCIO no fue la excepción.  Por eso, se decidió exponer lo que aquellos diseñadores, periodistas   o fotógrafos estaban haciendo con imágenes, tal como  muchos de sus colegas hacían con sus textos a través de los 140 caracteres que permite Twitter.

Ponto Moreno, editor gráfico y curador de la muestra, sostiene que Instagram es el medio  ideal para estar en las redes sociales, cuando se tiene  una mente  gráfica.  @Kique35lo define así: 1 instagram vale más que 140 caracteres.

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