El director español de orquesta dirigirá esta noche, en la Casa de la Música, a la Orquesta Sinfónica Juvenil del Ecuador. El programa incluye piezas de Haydn, Mussorgsky, M. de Falla y A. Márquez.
Una carrera que va desde el mundo de la música hasta la comunicación social, ¿en qué lo ha ayudado al momento de dirigir una orquesta?
Realmente dirigir una orquesta tiene connotaciones que van más allá de lo meramente artístico. Estar frente a una agrupación sinfónica es una experiencia humana y personal muy intensa. En mi caso, mis estudios me han permitido descubrir una faceta mucho más comunicativa de lo que es la música.
¿Siente que existe una diferencia entre la dirección orquestal europea y la que se realiza en América Latina?
He estado en estos 12 días impartiendo un curso de dirección orquestal para maestros ecuatorianos y realmente no he hablado en ningún momento que haya un tipo de dirección europea y otra latinoamericana. Más bien he tratado el tema de que la dirección requiere de un gran bagaje técnico para poder realizarlo con maestría. En la actualidad ya no existen las fronteras continentales en la música. Tal vez en el pasado sí porque había una situación histórica que concentró el trabajo artístico en Europa.
¿Cómo ha encontrado a la Orquesta Sinfónica Juvenil del Ecuador?
Muy bien en el sentido en el que me interesa: el de la curiosidad. Los chicos son muy ávidos y con una gran apetito por el conocimiento. Tengo 32 años y creo hablar el mismo lenguaje de ellos.
¿Cuáles son los retos de los directores musicales al momento de estar frente a una orquesta de jóvenes?
El reto es no sólo conseguir un objetivo artístico alto sino también lograr una experiencia de gran magnitud. En otras palabras: los jóvenes en la actualidad tienen una gran contraoferta de ocio para su tiempo libre que pueden chocar con la música pues ésta exige de ciertas cualidades que demandan muchas responsabilidades y, al mismo tiempo, brinda grandes cualidades al ser humano como el compañerismo, la capacidad de resolver problemas juntos, etc. Entonces el trabajo con los jóvenes va más allá de la perfección de un concierto; lo que se busca es que realmente aprendan y crezcan con madurez para afrontar los retos que tendrán en años posteriores.
El programa de esta noche es ecléctico, ¿tal vez los programas de música clásica deben ser así de variados?
Los músicos hemos sido gente de mente abierta y debemos plasmar de alguna manera eso. La gente ahora tiene mucho tiempo libre y nuestro trabajo es demostrar que la música es una de las cosas más placenteras del diario vivir. En ese sentido tenemos que ser eclécticos, abiertos, curiosos, ser capaces de entregarnos a todo tipo de música y estilos.
¿Qué cree que buscan los jóvenes que hoy en día quieren hacer música?
Los jóvenes músicos actualmente están representando a los jóvenes más maduros de su misma generación. De mi experiencia en este continente, encuentro que los jóvenes músicos tienen muy claro lo que quieren; son gente que además de tener vocación para la música dedican varias horas a sus adquirir conocimientos y ese tipo de responsabilidades autoimpuestas los hace madurar con mayor rapidez.
Hoja de vida
El maestro Ignacio García Vidal, nació en Cocentaina, Alicante, España, en 1979. Es Doctor Cum Laude por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Realizó estudios en Historia y Ciencias de la Música (Musicología) por la Universidad de Salamanca. Obtuvo un título en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Pontificia de Salamanca.
Datos sobre el concierto
Se realizará hoy, a las 20:00, en la Casa de la Música (Valderrama y Mariana de Jesús).
El programa iniciará con la Sinfonía 45 de Haydn. Luego será tiempo para Mussorgsky y su poema sinfónico Una Noche en el Monte Calvo. Finalmente habrá una obra de M. de Falla (El amor Brujo) y otra de A. Márquez (Danzón No. 2).