Un papel con un código sirvió para que el 5 de este mes nueve maestros de la Orquesta Sinfónica de Cuenca conocieran el orden en que debían rendir las evaluaciones, que el Ministerio de Cultura dispuso en febrero pasado.
De forma individual ingresaron a un aula, ubicada en las instalaciones del Ministerio de Cultura, en Cuenca. Una cortina les separaba del jurado internacional y su examen fue grabado. Es la segunda evaluación que rinden, la primera fue en julio pasado.
Uno de los que se presentó fue Juan Abril, de 48 años que en julio pasado obtuvo la calificación regular y se acogió a esta segunda oportunidad tal como lo establece el Ministerio de Cultura.
Abril, quien toca la viola, es parte de la Sinfónica desde hace 27 años, se siente contento y está seguro de que ahora sí pasará.
Mientras rendía su prueba, en los pasillos, un grupo de músicos expresaba su malestar. Para el violinista Patricio Torres, de 62 años, el proceso evaluativo es un sistema de “devaluación”. Es calificado sobre 100 puntos, de estos 70 se relacionan al aspecto técnico y 30 al humano.
Torres, quien tiene 40 años en la Sinfónica, explica que en su caso le tomaron un concierto de Mozart y que esto -en el ámbito musical- es como si a un médico general le pidieran que hiciera una operación de corazón abierto.
Otro músico, quien pidió que se reservara su identidad, señaló que las audiciones se realizan aunque los participantes no hayan tenido una preparación previa.
En el interior de una de las cuatro pequeñas salas donde ensayan los músicos (en el Ministerio de Cultura) estaba el violinista Carlos Andrade, quien desde hace nueve años es parte de la Sinfónica, antes estuvo en la Orquesta Nacional. Andrade ya pasó la evaluación y explica que está de acuerdo con estos exámenes, porque ayudan a mejorar la calidad musical de cada uno y del grupo.
Está convencido de que su preparación continua ayudó para que pudiera pasar. Con este criterio coincide el músico contratado Sergio Toledo, de 34 años, señala que los exámenes fueron rigurosos, pero sirvieron para hacerse una autoevaluación y superar las deficiencias técnicas.
El grupo de músicos que no ha pasado la evaluación está preocupado porque teme perder su empleo. Pidió que la Ministra de Cultura constate en las condiciones en que trabajan.
Según el director ejecutivo de la Orquesta, Patricio Torres Harrys, las evaluaciones a las cuatro sinfónicas del país: Quito, Loja, Guayaquil y Cuenca, fueron ordenadas por el decreto 985.
Torres Harrys explica que el Ministerio de Cultura dispuso los parámetros de las evaluaciones a través del Sistema de Músicos del Ecuador (Sime) en la que se califica afinación, ritmo, sonido, técnica e interpretación. Con las notas obtenidas, los músicos se ubican en las categorías insuficiente, regular, bueno y excelente. Dijo que no puede entregar los resultados porque aún no ha concluido el proceso de evaluación.
Otro grupo será evaluado el 5 diciembre y después se tendrán los resultados de los 59 integrantes de la Sinfónica.
Según Torres Harrys, se realizan las gestiones correspondientes ante el Ministerio de Cultura para que los músicos que no aprueben estas evaluaciones se acojan a la jubilación y reciban su dinero por los años trabajados y su pensión mensual.
Añadió además que el afán no es generar tensión al interior de esta orquesta sino mejorar su calidad. Por ello, prevén contratar 12 músicos más que son necesarios en la actualidad.
El sonido de cornos y trompetas se escuchaba el lunes 5 de este mes en una de las aulas donde ensayaba un grupo de músicos. Allí, el director de la Sinfónica, Medardo Caisabanda, daba indicaciones para un concierto que preparan para diciembre.
Caisabanda mencionó que al igual que los otros directores de las Sinfónicas del país también será evaluado. También lamentó que este proceso haya generado fricciones y que ciertos músicos demuestren que les falta preparación en el momento de rendir los exámenes. “Es responsabilidad de cada uno prepararse”.
Según Caisabanda, la Sinfónica cuencana ha traído a músicos como Hugo Cobos, Santiago Banegas, Darío Bueno, entre otros maestros, quienes periódicamente han capacitado a los músicos para mejorar el nivel.
Punto de vista
José Castellvi / Fundador de la Orquesta Sinfónica de Cuenca
‘Estoy preocupado por lo que ocurre’
Siento tristeza por lo que ocurre en la Orquesta Sinfónica de Cuenca. Temo que por las evaluaciones deje sin músicos y por ende sin Sinfónica. Es positivo que se realicen evaluaciones y que se busque la excelencia, pero no estoy de acuerdo con que el jurado sea extranjero, porque en el país hay músicos probos que pueden calificar y así se evitar ese gasto. Además, las pruebas deben ser a nivel de atril y no cómo se están tomando, es como si a un médico general le hicieran que opere el corazón o los riñones…. Otro problema es el trato que el área administrativa y su director Medardo Caisabanda, por su carácter especial, dan a los músicos. Pueden quedar unos 20 músicos y que solo exista una pequeña orquesta de cámara. El Gobierno tiene la buena intención de mejorar el nivel, pero si las cosas siguen así Cuenca dejará de tener su Orquesta.
La inversión en la evaluación
Para el proceso de evaluación la Sinfónica destinó USD 11 000 y el Ministerio de Cultura USD 39 000. Ese dinero se destina al jurado y los videos.
La Sinfónica fue creada hace 40 años. De los 59 músicos que son parte, 12 son contratados. El promedio de edad es superior a los 45 años.
En octubre, un grupo de 19 músicos solicitó a la Comisión de Cultura del Municipio que el director Medardo Caisabanda sea destituido.